Internarse en el desierto chileno fue una dura experiencia para Bollero

CALAMA.- Estaba entero, al menos su rostro. Más allá de la arena que puede adherirse por el viento del desierto, era el de siempre. Su voz se oía precisa, como es habitual en el único tucumano que compite en el Dakar 2013. Rodolfo Bollero lucía como un auténtico competidor dakariano, pero en la entrevista que le hizo la cadena que transmite la carrera, el piloto de la moto KTM 450cc contó que sintió el rigor del tramo de 454 kilómetros.

"Comenzó el Dakar", reconoció Bollero. Es que el primer ingreso de la caravana a Chile se sabía complicado. "Sentí mucho la competencia. Los caminos fueron muy veloces, con mucha tierra suelta y hubo mucho fesh-fesh (arena blanda)", describió el dueño de la moto 115.

Ingresar a Chile significó subir varios metros sobre el nivel del mar. La altura se sintió en las motos, los autos y los camiones por igual. La potencia de los motores estuvo limitada y, consecuentemente, la velocidad para surcar las dunas se redujo, pero para Bollero no fue un gran inconveniente. "La altura no me afecta mucho. Me concentro en hacer todo bien para llegar a Tucumán", dijo.

Aunque el grado de dificultad aumentó en tierras chilenas, no fue impedimento para que Bollero avance: finalizó 72° en la etapa, mientras que el puesto 81° en la general le significó avanzar dos lugares con respecto del miércoles. (Especial).