Creer o no creer... Esa es la cuestión del debate navideño

Contra la advertencia de que el niño, cuando conoce la verdad sobre Papá Noel, se desengaña amargamente, psiquiatras y psicólogos tucumanos advierten que los chicos distinguen entre la fantasía y la mentira. Y alientan a seguir fomentando la ilusión. Para perderla ya llegará la madurez.

23 Diciembre 2012
Ya sea un amoroso Niño Dios o un barbudo y gordinflón Papá Noel, son millones los niños argentinos que esperan el ansiado regalo de Navidad, envuelto en la magia de la invisibilidad de esos personajes. La misma de la que gozan, en enero, Melchor, Gaspar y Baltazar.

Lo revelador es que también los grandes esperan por ellos. Una encuesta nacional de 1.000 casos de la consultora TNS Gallup, dada a conocer hace 48 horas, consigna que el 64% de los consultados cree, por caso, que es muy importante que Papá Noel sea una fantasía del niño.

¿Las razones para seguir esta tradición? Principalmente, que crea ilusión, fantasía, esperanza e imaginación en los niños (41%). Le siguen la importancia de creer en algo (20%), que conserva la inocencia (15%), que es parte de la infancia (10%) y que produce felicidad y alegría (9%).

"Con fe" y "confianza"
¿Es saludable que los chicos crean en Papá Noel, el Niño Dios o los Reyes Magos? El debate surge a partir de las voces que plantean que cuando el niño conozca la verdad, se encontrará ante una amarga y desilusionante contradicción: los adultos, que lo castigan si miente, le han estado mintiendo toda la vida. 

LA GACETA traslado la pregunta a especialistas tucumanos y halló unánime respuesta afirmativa, que trasciende una común aclaración: el niño no confunde fantasía con embuste.

"Esto no tiene que ver sólo con la cuestión mentira/verdad, sino con la confianza. Hablamos de tradiciones que están dentro de lo religioso. De aquello que se hace con fe, que es de donde viene la confianza. Así que la tradición del Niño Dios y los Reyes Magos es un modo de enseñar a los chicos a tener fe. En alguien. En un ente superior. Mi credo es católico, apostólico y romano, y creo en la virginidad de María, más allá de que sepa científicamente que no puede ser así. El punto es que uno elige, cuando se hace adulto, las creencias que va a sostener. Estas creencias que te hacen feliz y te permiten ir creciendo en la confianza, me parecen positivas y válidas", sostiene la psiquiatra Miriam Figueroa. "El niño crece, madura, y entiende que los papás entraron en este juego para darles una sonrisa", sostiene.

"Vale la pena estimular la fe en los niños, sobre todo en una sociedad con valores espirituales deteriorados. Pienso también en los que no tienen recursos para hacer regalos: yo haría muñequitas de trapo o carritos con cajones. Porque hay que estimular que el regalito de Navidad no sea producto del consumismo. Nada de que cuanto mejor te portás, más grande es el regalo; o de que si te portás mal no viene hay presente. No: se trata de un regalo. Y como con todo regalo, no necesitás hacer nada para que te lo den. Te lo dan porque te quieren", distingue.

"Ya no somos dueños"
"La fantasía es indispensable", sentencia la psicoanalista Gabriela Duguech. "En sentido amplio, la fantasía funda la vida psíquica del niño y del ser humano, y le da sustento. Así como el niño pone la fantasía en escena con un soporte material, convirtiendo objetos en actores de su escena fantaseada, de púber soñará despierto. Y el adulto sigue soñando y creando mediante otras especies. El que se queda sin sueños, se queda sin recursos propios", alerta. 

En cuanto a las tradiciones, Duguech enciende una alarma. "La historia del Pesebre tiene todo un mensaje y, más allá de las creencias de cada quien, es un patrimonio de la humanidad. El nacimiento de Jesús es un hito en la historia. Hoy ha sido reemplazado por la figura comercializada de Papá Noel. Y entonces veo que ya no somos dueños de las ficciones que contamos a nuestros hijos, ni de la tradición: se inventan novedades de mercado para venderlas a los niños, que son clientes ideales: siempre están ávidos de que les oferten cosas para creer. Pero los niños saben elegir y quedarse con lo que les llega", concede.

Contra la "Depresión"
Hace 40 años, Papá Noel era para los argentinos un protagonista de publicidades. Pero el personaje cambió y ganó lugar. 

Su origen se remonta a Turquía, en el año 305. Era un niño rico que quedó huérfano, dio su fortuna a los pobres y se ordenó Obispo. Pero EEUU lo tomó tras la Gran Depresión de 1929 para levantar el ánimo... y las ventas. Y en 1931, Coca-Cola lo hizo retratar alegre, con los colores de la multinacional. Desde entonces es rojo y blanco. Y es la imagen del marketing de Navidad. Y aparece bien alimentado.

Galería 35 fotos Papá Noel también viaja en yate por el río Yenisei, en las afueras de Rusia . REUTERS / Ilya Naymushin
En Tucumán. Pesebre del Templo San Juan Bosco, que fue realizado por alumnos del colegio Colegio Tulio García Fernández. LA GACETA / Analía Jaramillo
En Manila, Filipinas, los fuegos artificiales inauguran un árbol de navidad gigante. REUTERS/Romeo Ranoco
Un loco, loco Papá Noel, esquía en el norte de Italia. REUTERS / Stefano Rellandini
En la plaza Puerta del Sol de Madrid. 2012.REUTERS/Juan Medina
Las Rockettes durante la 80 ª Ceremonia Anual del Rockefeller Center anunciando la navidad en Nueva York. REUTERS / Carlo Allegri
Angeles de navidad pasean por las calles de Berlín, Alemania. REUTERS/Fabrizio Bensch
Aquí, allá y en todo el mundo las compras obligadas de los presentes navideños. REUTERS/Mark Blinch
Miles de Papás Noel forman parte de la carrera anual Santa Run en Battersea Park, Londres. REUTERS/Paul Hackett
Papá Noel en su trineo pasea por el Central Park en el Día de Acción de Gracias en Nueva York. REUTERS / Gary Hershorn
La finca de siete hectáreas propiedad de la familia Salaj se ilumina con 1,3 millones de luces de Navidad y se convierte en un paraíso invernal en diciembre de cada año, atrayendo a miles de visitantes en Croacia. REUTERS / Antonio Bronic
Una árbol gigante de navidad dentro de las Galerías Lafayette en Paris. REUTERS/Charles Platiau
La catedral Santa María en Sidney, Australia, iluminada por potentes proyectores. REUTERS/Tim Wimborne
Papá Noel nada juntos a tiburones leopardo en el Siam Ocean World en Bangkok . REUTERS/Sukree Sukplang
El puente colgante de Capilano decoradas con luces de Navidad en el norte de Vancouver, Canadá. REUTERS / Andy Clark
Hecho con latitas de leche donadas por "Médicos del Mundo" para ser distribuidos luego en gente carenciada en Atenas, Grecia. REUTERS / Yorgos Karahalis
El New York Stock Exchange en vísperas de navidad. REUTERS/Carlo Allegri
El árbol del Capitolio en Washington. REUTERS/Jason Reed
La calle Oxford de Londres . REUTERS/Olivia Harris
El mercado del Cristo Niño, cerca de la catedral de Estrasburgo, el más antiguo mercado francés de la Navidad. REUTERS / Vincent Kessler
El casino Monte Carlo así luce cada año en navidad. REUTERS/Eric Gaillard
En Aguilares. Yolanda de Bravo y Rene Bravo en compañia de su hija, mantienen el pesebre gigante de su casa desde hace 42 años. LA GACETA / Osvaldo Ripoll
Inflando con helio la barba de un globo con forma de Papá Noel en Nueva York. REUTERS / Carlo Allegri
Luce de navidad en el edificio Rockefeller Center en New York. REUTERS/Carlo Allegri
Delfines saltan cerca al Papá Noel del Parque Acuático Marineland en Francia. REUTERS / Eric Gaillard
Una casa decorada con más de 400.000 luces, en Buecken, Baja Sajonia, Alemania. REUTERS / Fabian Bimmer
Las porristas de Oklahoma City en lr NBA . REUTERS/Bill Waugh (
Yasmina en una misa organizada para las personas sin hogar en Niza, Francia. REUTERS/Eric Gaillard
Descansando. Papá Noel recobra fuerzas en Berlín, Alemania. . REUTERS/Tobias Schwarz
Decoraciones de Navidad en el centro de Niza, Francia. REUTERS / Eric Gaillard
Eric Marshall enciende las luces de navidad en su casa en Bagby, el norte de Inglaterra. REUTERS / Nigel Roddis
Pista artificial de hielo para celebrar la navidad frente a la torre Eiffel en Paris December . REUTERS/Charles Platiau
LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, DURANTE LA INAUGURACIÓN DE UNA RÉPLICA DEL PESEBRE DE EL VATICANO EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO. FOTO: PRESIDENCIA.
El entusiamos de los niños en Varsovia. REUTERS/Kacper Pempel
Por las calles de Varsovia.. REUTERS/Kacper Pempel
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