BUENOS AIRES.- Roger Federer vivirá de asombro en asombro sus 90 horas de visita a la Argentina, su primera vez en un país enloquecido por el tenis hasta extremos que el ex N° 1 del mundo difícilmente imagine. Un vuelo privado lo llevó ayer desde San Pablo (Brasil) a Foz de Iguazú y visitó las Cataratas, pero del lado brasileño. Debido a una tormenta en Buenos Aires, decidió permanecer más tiempo en el lugar y recién era esperado anoche cerca de la medianoche en el aeroparque "Jorge Newbery". Hoy brindará una conferencia de prensa a las 12 en el escenario de las exhibiciones programadas para mañana y el jueves con Juan Martín del Potro, un estadio tubular con capacidad para 20.000 espectadores en el Tigre. Mañana tendrá también un encuentro con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y el jueves irá al estadio de Boca, participará de un asado en la casa de Guillermo Marín, el empresario que lo trajo a Argentina, además de jugar con "Delpo". (Especial-DPA-DyN)