¡Mi vocación es mi problema! ¿Cómo decidir?

¡Este año termina la secundaria y todavía no sabe cuál es su vocación! Mariana tiene 17 años y le gusta el teatro. Pero a sus padres no les atrae esa idea. "Estoy segura de que el teatro es lo mío porque nunca tuve vergüenza en subirme a un escenario. Desde pequeña sentía que mi vocación era estar arriba", confiesa con alegría, pero como sus padres no la apoyan inmediatamente se pone triste.
Es distinto cuando ellos, que te quieren, te apoyan. Alejandra Vega, nuestra profesora de Biología y Geografía de la Escuela de Comercio 1, dice que desde chica sintió que la docencia era su vocación. "Me gusta lo que hago, me interesa la problemática de los adolescentes, porque hace que uno se sienta útil. Además, a la vez que se trabaja uno aprende. Todos los años tengo cursos diferentes", cuenta.
Recordó que en su decisión también influyó su admiración por una profesora del secundario. Pero lo más decisivo fue el ejemplo de sus padres. "Vengo de una familia de profesores, tanto por parte de mi mamá como de mi papá. Me inspiraron sus anécdotas y ver a mi mamá con el delantal. Cuando yo era chica también jugaba a ser maestra", cuenta la docente. "Nunca tuve duda, lo que hago para mí es una pasión".

Johana la tiene re-clara

Faltan algunos meses para que termine la secundaria, pero Johana Maza ya sabe cuál es su vocación. Ella quiere ser profesora de Educación Física, porque le gusta el deporte y desde que era muy pequeña realiza actividad física. Sus padres la apoyan en su decisión, por eso ella la tiene "re -clara". Con una ayudita desde la casa, ¡todo es más fácil!