Condenan al "sátiro de la pollera roja" a 35 años de prisión

El testimonio de las víctimas fue desgarrador

03 Octubre 2012
BUENOS AIRES.- Un hombre, conocido como "el sátiro de la pollera roja", fue condenado a 35 años de prisión por haber violado a ocho mujeres en la zona sur del conurbano en 2010. Se trata de Guillermo Casero, fue declarado culpable del delito de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el empleo de armas reiterado en ocho ocasiones".

El fiscal del juicio se mostró conforme con el fallo y dijo que las grandes protagonistas del debate fueron las víctimas que aportaron su testimonio desgarrador.

"El veredicto ha sido condenatorio. Entendíamos que 50 años se ajustaba al grado de culpabilidad por el hecho cometido, pero de todos modos el fallo nos deja conformes", dijo el fiscal Sebastián Videla. Según el fiscal, el fallo implica la imposición de una pena privativa de la libertad durante muchos años y, también, teniendo en cuenta las restricciones por ser reincidente, implica el cumplimiento de la pena sin el beneficio de la libertad condicional.

Además resaltó el trabajo realizado durante la etapa de instrucción de la causa, efectuada por el fiscal Darío Provisionato. "Se habían elevado a juicio estos ocho hechos y todos han sido motivo de sentencia y condena. Podemos decir que en los ocho casos se ha hecho justicia", resaltó el representante del Ministerio Público.

Los relatos

Por otro lado, Videla remarcó el rol clave de las víctimas durante el juicio. "Hemos podido contar con el testimonio desgarrador de siete de las ocho víctimas. La restante, por haber sido menor de edad al momento del hecho, declaró en Cámara Gesell y su relato se incorporó a través de un audiovisual", explicó.

"El mayor esfuerzo fue de las víctimas, que tuvieron la valentía de denunciar y venir a declarar", dijo. En tanto, el fiscal aseguró que había múltiples indicios que llevaron a la condena al acusado, especialmente un modus operandi muy particular. "Atacaba a sus víctimas en una tanda horaria muy particularizada, tenía un rango de edad de las víctimas muy claro y la zona geográfica donde actuaba era parte del mismo modus operandi", insistió. Además, el fiscal afirmó que el abordaje del violador a sus víctimas se hacía siempre del mismo modo: a mano armada. Y siempre actuaba a bordo de una bicicleta.

"Pudimos demostrar, por medio de un croquis, lo que los especialistas denominan el 'pasillo de seguridad', es decir, que los abusos se suceden en cercanías del domicilio o de su lugar de trabajo, zona que es conocida por el atacante, donde se siente seguro", dijo. (Télam)

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