Desinformación y mala leche

Desinformación y mala leche

Nada peor para una sociedad que la propagación de un cóctel preparado a base de paranoia, irresponsabilidad, desinformación y mala leche. Es la clase de veneno que embriaga de miedo a la población. Y cuando el miedo se esparce los rumores -por más perversos o fantásticos que parezcan- se convierten en secretos a voces. Mientras nadie los desmienta se tornan creíbles.

La ola de versiones arrecia. La suma de presuntos muertos por culpa de la gripe varía en función de los intereses de la fuente. Ayer a la mañana hablaban de un piso de 50 víctimas fatales y de un techo tan tenebroso que hasta deslizaban la existencia de fosas comunes (y clandestinas, lógico). Sí, a esos extremos llegamos en Tucumán.

Si el Siprosa mantuviera una política de comunicación enérgica y precisa, brindando detalles en cuanto a las cepas de la gripe que circulan y las cifras de los casos registrados en cada rincón de la provincia, se evitaría toda esta campaña dañina, cuyo único fin es sembrar el pánico en el tejido social. Para desmembrarlo, por supuesto.

No hay epidemia de gripe. Mucho menos pandemia. El virus de la gripe apareció -como aparece todos los años- y la forma de combatirlo es mediante la prevención. La vacuna es gratuita y está al alcance de todos. En esta página incluimos una serie de consejos que vale la pena seguir con atención.

El de la gripe es un virus en constante mutación, de allí que sea tan complicado combatirlo. Permanentemente aparecen nuevas cepas. La de la gripe A es una más. No es la única ni la más peligrosa. Duele escribirlo, pero es la verdad: hubo muertes y seguramente habrá más, este año y los que vienen. Por la naturaleza de la enfermedad y por las características de los grupos de riesgo.

Lo que indigna es la propagación de mentiras por las redes sociales, el aprovechamiento político de un tema delicado y los titubeos de un Gobierno que comunica tarde y a medias.

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