"Para los comunicadores, el teléfono inteligente es una extensión del cuerpo"

"Para los comunicadores, el teléfono inteligente es una extensión del cuerpo"

24 Junio 2012
"Estoy conectado salvo cuando duermo: sólo entonces apago el smartphone. Y me despierto y lo enciendo. Y antes de levantarme, ya estoy leyendo los e-mails". La confesión es de Cristian Faralle (31 años), del Área Comunicaciones del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP) de Tucumán.

"Es real que la jornada laboral se extiende: con el teléfono inteligente y la tablet, no llegas a desconectarte. Por un lado, es cierto que rara vez llegan e-mails de trabajo después de las 20. Por el otro, el miércoles, pese al feriado, estuve intercambiando información con periodistas de Buenos Aires. Trato de responder de inmediato: no me gusta dejar al otro esperando un coreo electrónico", relata.

Faralle, que enseña sobre nuevas tecnologías de la información y la comunicación para el Instituto Provincial de Administración Pública, reconoce que su familia le pone límites. "Si mi tuiteo hoy no es tan furioso es porque mi esposa está embarazada y me pide que afloje con las redes sociales. El jueves, sentí por por primera vez como patea el bebé en la panza de ella... Y lo puse en Twitter", se ríe, al final del diálogo.

"El uso del smartphone te lleva a estar ligado al trabajo casi todo el día. Las aplicaciones para teléfonos móviles me permiten estar al tanto de lo que pasa y si los medios replican alguna noticia relacionada con el IDEP. En definitiva, los teléfonos inteligentes son una extensión del cuerpo para los que trabajamos en comunicación o periodismo. Lo curioso (o no) es que termino cerrando esta idea... desde un dispositivo móvil", escribe, una hora después de la entrevista.

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