Testimonios
09 Junio 2012

"Ya no puedo... pero aún puedo"

Andrea Bulacio, de 35 años, colgó el título de psicóloga cuando nació su primera hija. Se quedó en la casa a cuidar a sus dos chicos. "Pasé cinco años encerrada y me arrepentí. Quería salir al mundo público. Ahí empecé a hacer malabares entre la casa, el trabajo y los hijos. Muchas veces me siento agotada y me cuesta compatibilizar todo lo que tengo que hacer. El problema es que las mujeres hemos ganado terreno en muchos ámbitos, pero seguimos relegadas en otros como el hogar, donde la mayoría de las tareas domésticas recae sobre nuestras espaldas. Aprender a decir que no en estas cuestiones nos ayudaría. Siempre digo 'ya no puedo,', pero sí puedo", opinó.

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 "Harta de ser la mujer maravilla"

A María Laura Campos ya no le da gracia cuando la alaban por su capacidad de hacer muchas cosas y la mayoría con éxito. Esta abogada de 32 años, madre de dos niños -uno de ellos bebé- a veces desearía llevar la vida de las mujeres de antes, confiesa. "Estoy muy cansada de ser la mujer maravilla, a menudo siento que voy a explotar. El tema es que la sociedad te presiona: hoy la mujer si quiere ser importante tiene que tener una profesión y un empleo. Una buena opción que tenemos -y que usamos poco- es delegar algunas de nuestras obligaciones; no las indelegables, por supuesto. También es cierto que sentimos demasiada culpa y eso nos mata", sostiene.

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