Legado moral
Ray Bradbury es sinónimo de fantasía y de ciencia ficción. Pero también de profeta visionario, muy al estilo de H.G. Wells. No solo porque planteó mundos extraordinarios con precisión de cirujano, sino porque tuvo la capacidad de mostrarnos universos que hasta entonces nos habían sido vedados. Se consideraba a sí mismo un narrador de cuentos con propósitos morales. Por eso, sus obras a menudo nos producen una angustia metafísica desconcertante: reflejan su convicción de que el destino de la humanidad es recorrer espacios infinitos y padecer sufrimientos agobiantes para concluir vencido, contemplando el fin de la eternidad. No obstante nos alienta, como Wells, a rescatar nuestra dimensión humana. Con poesía y romanticismo nos dice: "seguimos siendo imperfectos, peligrosos y arrogantes... pero también maravillosos y fantásticos".

Comentarios