06 Junio 2012
CORPUS CHRISTI.
Es uno de los misterios más difíciles de entender (y aceptar): Jesús está vivo, realmente, en la Eucaristía, en cada hostia consagrada. "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día", dice Jesús según el Evangelio (San Juan 6, 52 -59). Como la Iglesia católica no puede celebrar la institución de la Eucaristía con todo el júbilo que quisiera porque es Jueves Santo, enmarcado en la Semana Santa, elige otro día para hacerlo. En Argentina se celebra el segundo domingo después de Pentecostés.
El Día de Corpus Christi o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue instituida por el papa Urbano IV en septiembre de 1264. Tradicionalmente, la Iglesia busca darle notoriedad a esta fiesta con una expresión pública, por eso se busca que se realice en una plaza, como símbolo de participación ciudadana. "Lo que celebraremos es la presencia viva de Cristo. Es como si se actualizara lo que el mismo Jesús hizo en su vida pública, caminando con la gente, sanando e invitando a la fraternidad", explica monseñor Melitón Chávez. De allí el lema de la fiesta de este año: "Jesús Eucaristía, amor que busca al hermano". "Debemos contemplar a Cristo caminando y buscando al hermano y tratar de imitarlo", señala. "Y así como creo que el pan y el vino se transforman en cuerpo y sangre de Jesús (transubstanciación), también debo creer que Cristo me transforma a mí", concluye.
Muchas veces, la Iglesia ha recogido a lo largo de la historia milagros que están documentados, en los que la Eucaristía se convierte realmente en cuerpo y sangre de Jesús.
El padre Javier Suárez, párroco del Espíritu Santo (Ranchillos) enfatiza: "la Eucaristía es central en la vida del hombre. No se edifica ni se construye ninguna comunidad cristiana si no es en torno a la Eucaristía, que en griego significa 'acción de gracias'. Se la celebra en memoria del Señor, que no es recuerdo, sino que se hace presente en el momento y a la vez anuncia el futuro".
Oración
Para los que no pueden comulgar
Los que están enfermos y no pueden asistir a la iglesia, los que viven alejados de las parroquias, los que escuchan misa por televisión o están impedidos de comulgar por alguna razón, también pueden recibir a Jesús espiritualmente. A todos ellos, el padre Javier Suárez les recomienda hacer esta oración:
"Yo Señor, quisiera recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre, con el Espíritu y el fervor de los santos.
Ya que no te puedo recibir sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi pobre corazón".
El Día de Corpus Christi o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue instituida por el papa Urbano IV en septiembre de 1264. Tradicionalmente, la Iglesia busca darle notoriedad a esta fiesta con una expresión pública, por eso se busca que se realice en una plaza, como símbolo de participación ciudadana. "Lo que celebraremos es la presencia viva de Cristo. Es como si se actualizara lo que el mismo Jesús hizo en su vida pública, caminando con la gente, sanando e invitando a la fraternidad", explica monseñor Melitón Chávez. De allí el lema de la fiesta de este año: "Jesús Eucaristía, amor que busca al hermano". "Debemos contemplar a Cristo caminando y buscando al hermano y tratar de imitarlo", señala. "Y así como creo que el pan y el vino se transforman en cuerpo y sangre de Jesús (transubstanciación), también debo creer que Cristo me transforma a mí", concluye.
Muchas veces, la Iglesia ha recogido a lo largo de la historia milagros que están documentados, en los que la Eucaristía se convierte realmente en cuerpo y sangre de Jesús.
El padre Javier Suárez, párroco del Espíritu Santo (Ranchillos) enfatiza: "la Eucaristía es central en la vida del hombre. No se edifica ni se construye ninguna comunidad cristiana si no es en torno a la Eucaristía, que en griego significa 'acción de gracias'. Se la celebra en memoria del Señor, que no es recuerdo, sino que se hace presente en el momento y a la vez anuncia el futuro".
Oración
Para los que no pueden comulgar
Los que están enfermos y no pueden asistir a la iglesia, los que viven alejados de las parroquias, los que escuchan misa por televisión o están impedidos de comulgar por alguna razón, también pueden recibir a Jesús espiritualmente. A todos ellos, el padre Javier Suárez les recomienda hacer esta oración:
"Yo Señor, quisiera recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre, con el Espíritu y el fervor de los santos.
Ya que no te puedo recibir sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi pobre corazón".
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