Los clásicos reivindican su encanto

Las ventas se incrementaron un 25%. Los jóvenes los están descubriendo y se van animando a probarlos.

¡MARCHEN DOS APERITIVOS! Miguel Abregú explicó que en el bar donde trabaja los vermut salen a toda hora: los preparan con soda y limón. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO ¡MARCHEN DOS APERITIVOS! Miguel Abregú explicó que en el bar donde trabaja los vermut salen a toda hora: los preparan con soda y limón. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
19 Mayo 2012
Si existiera, el motor de la máquina del tiempo debería sonar como el shhhhh del sifón. Porque no es raro que traiga a la mente recuerdos, como el del abuelo que aclara con un chorrito de soda el vaso oscuro de Cinzano, o que lo utiliza para cortar la medida de fernet (en este cuadro son infaltables el perfume contundente de la comida que prepara la abuela, y los quesitos y las aceitunas que vanamente intentan engañar la panza). Es posible haber sido testigo infantil de una situación como esta o no; lo que no se puede negar es que la palabra aperitivo transporta a tiempos de padres, de padres de padres, y de tradiciones entonces inconmovibles y después olvidadas. Pero todo vuelve: esas bebidas parecen haber pegado un salto desde el pasado y están empezando a seducir a los nietos de sus antiguos consumidores.

El Cinzano, el Martini, el Campari y el Gancia, entre otros, comenzaron a sacudirse las cenizas del olvido y están regresando a las barras de los bares y a las de los hogares. Lo confirman los números: las ventas de estas bebidas (a las que se suman el fernet y los amargos) treparon entre un 20 y un 25%. "Las marcas están apostando al resurgimiento con campañas publicitarias muy fuertes. Pero también influye el aumento de los precios de las bebidas competidoras, como la cerveza", analizó el vocero de una cadena de supermercados.

El vermut y los aperitivos vivieron su época de esplendor entre la década del 50 y la del 70. "Existe un público, que tiene 40 o 50 años que continúa consumiéndolos. Igual, se lo toma mucho menos que antes. Pero, gracias a la educación y a la información, los jóvenes se están animando a probarlos. Es decir, esas bebidas se están popularizando", explicó Juan Carlos Agüera, máster en coctelería y docente, y aclaró: "el vermut es una bebida típicamente italiana. Los aperitivos son tragos fuertes, que pueden ser preparados con vermut o no, y que abren el apetito. Por eso se los suele servir combinados con algo para picar".

Dentro de la categoría de los aperitivos, el fernet con cola y el Campari con jugo de naranja pican en punta. "Si bien la venta de vermut no se ha movido mucho, el Campari viene repuntando. Y lo del fernet es único: en ningún lugar del mundo se lo consume como en Argentina", destacó Miguel López Sepic, quien maneja un comercio de venta de bebidas y representa bodegas.

¿Todo tiempo pasado fue mejor? Difícil afirmarlo. Pero en lo que a aperitivos se refiere, los clásicos reivindican su encanto.

La historia del vermut
A fines del 1.700, Antonio Benedetto Carpano creó en Italia el vermut tal como lo conocemos actualmente. Juan Carlos Agüera relató que, para hacerlo, este individuo recurrió a una vieja receta que los romanos utilizaban para evitar que el vino adquiriese un sabor desagradable: lo mezcló con ajenjo y con distintos tipos de hierbas. Hoy, la marca más famosa es Cinzano rosso (fue una de las primeras con la que se la comercializó). "Si vamos a la barra y pedimos vermut, el barman nos va a preguntar si queremos uno rojo o uno seco", explicó Agüera. La marca comercial más conocida del segundo es el Martini Dry.

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