El lujo se ha democratizado gracias a las multinacionales

Florencia Bringas
Por Florencia Bringas 11 Mayo 2012
A José le regalamos para su cumpleaños una camisa Dior, marca que para él representa la seriedad y la sobriedad de la ropa de trabajo. No sabe qué hay detrás. ¿Un costurero, un excéntrico diseñador, un empresario? Esta marca de lujo nació en 1947 y fue creada por Cristian Dior. Él ideó el New Look: cintura fina y falda amplia, a 20 centímetros del suelo. En sus inicios se dedicó a la alta costura para mujeres. Luego, el modisto diversificó sus productos de lujo y creó líneas pret-a-porter, ropa para hombres, accesorios, perfumería y cosméticos.

Con el cambio de siglo la moda se convirtió en una industria como cualquier otra: globalizada y dirigida por megafirmas, capaces de llegar a cualquier punto. Desaparecieron los grandes costureros (la mayoría no sabe coser ni el dobladillo de un pantalón) y nacieron los directores creativos, como John Galliano, que estuvo a cargo de Dior hasta que fue despedido por sus públicos comentarios racistas. En ese momento Natalie Portman, nacida en Israel, era la cara de la firma Pero a la vez, estos genios del diseño tienen sus propios jefes o ¿dueños? Los grupos LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) y PPR (Pinaul Printemps Redoute) son los terratenientes de todo y sus nombres son iguales o más famosos que los de los modistos. Y en su afán por generar más ganancias (son empresarios) democratizaron el lujo. Por eso, hoy José puede tener una camisa Dior en Tucumán.

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