La Cámpora: historia y protagonistas Los herederos de la política

La Cámpora: historia y protagonistas Los herederos de la política

El libro de no ficción más vendido del momento.

GÉNESIS. Máximo Kirchner se identificó tempranamente con Héctor Cámpora a partir de los elogios de un periodista. GÉNESIS. Máximo Kirchner se identificó tempranamente con Héctor Cámpora a partir de los elogios de un periodista.
15 Abril 2012
INVESTIGACION
La Cámpora
LAURA DI MARCO
(Sudamericana - Buenos Aires)


La periodista Laura Di Marco cubrió un vacío que existía en la frondosa bibliografía dedicada al período iniciado el 25 de mayo de 2003, con su obra La Cámpora. Abundan, en efecto, las biografías sobre Néstor Kirchner y Cristina Fernández y los textos que tratan distintos aspectos de sus gobiernos. Con La Cámpora, se abre una línea de investigación centrada en un factor de poder.

La autora explica que recurrió a más de 60 entrevistas para construir la trama íntima de la organización, a la que califica de "aparato blindado e influyente" liderado por Máximo Kirchner. Cada personaje protagónico es diseccionado minuciosamente en distintos capítulos. Admite, sin embargo, que esa exploración dentro de una corriente que practica el hermetismo no cayó bien: Máximo desató una cacería de hipotéticos delatores. Para ellos, el periodismo es un obstáculo, infiere Di Marco. En ese contexto, rastreó la emergencia de La Cámpora.

Máximo se identificó tempranamente con Héctor Cámpora, a partir de los elogios que el periodista Miguel Bonasso derramó sobre el ex presidente en 1998, cuando se constituyó el Grupo Calafate. Este era una usina ideológica del matrimonio K, que nació para enfrentar al menemismo. La llegada de Néstor a la Casa Rosada en 2003 abonó el terreno para una formación que fusionó distintos actores sociales y políticos. Entre 2004 y 2006 empezaron a echarse los cimientos de La Cámpora, que ganó en solidez al luchar contra el campo en 2008, y en favor de la Ley de Medios. Muchos de sus miembros eran hijos de militantes montoneros y dirigentes estudiantiles desencantados con la política de los 90. Para ellos, Néstor era su padre simbólico.

"Con Cristina tenemos que hacer un puente generacional. Tenemos que formarnos para tomar el poder", arengó Néstor al auditorio juvenil, en octubre de 2008. Los enemigos internos de los K: Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Daniel Scioli. Con Cristina reelecta en 2011, La Cámpora -conducida por Máximo- comienza a cristalizar el vaticinio de Néstor.

Di Marco enriquece el texto con las miradas de expertos. "Perón es el inspirador, pero no el revolucionario. Revolucionarios son los Montoneros y, en alguna medida, El Tío (Cámpora). Hay una línea de continuidad entre Evita, Montoneros, La Cámpora y Cristina", plantea el sociólogo Eduardo Fidanza.

Marcos Novaro -también sociólogo- expone: "Lo más fuerte que hay de tradición de los 70 en la Cámpora es esta autoidentificación con los sujetos del cambio, que autoriza ciertas cuotas de violencia y de violación de las reglas de juego".

La politóloga Liliana de Riz se explaya acerca de la relación entre el populismo -al que adhiere La Cámpora- y el uso del Estado como botín del poder. "Y como el gobierno se identifica con el Estado, aparece la paradoja que aparecía con Evita: que la donante era Evita. O ahora, Cristina. La donante es Cristina ¿con qué plata?: se la damos nosotros. El populismo es la identificación del que da con el recurso como si fuera propiedad privada". Y en esa línea, la captura del Estado por la militancia camporista se erigió en un objetivo irrenunciable, con la anuencia presidencial.

Carlos Abrehu © LA GACETA



Tamaño texto
Comentarios
Comentarios