¡Atención a la fatiga y a la depresión!

El Parkinson es la segunda causa de enfermedades neurodegerativas después del Alzheimer. El mal afecta la producción de dopamina, el neurotransmisor esencial encargado de coordinar y controlar el tono muscular y la motricidad de nuestro cuerpo.

Cuando hablamos de Parkinson automáticamente lo relacionamos con la lentitud en el movimiento, el temblor y la rigidez. Si bien estos son los síntomas que definen la enfermedad cuando ya está instalada y avanzada, ahora sabemos que los síntomas no motores impactan funcionalmente en el paciente y es importante destacar que preceden muchos años al desarrollo de los síntomas motores típicos de la enfermedad. Así coincidieron en señalarlo a LA GACETA los doctores Oscar Iguzquiza, titular de la cátedra de Neurología (Facultad de Medicina) y de Neurobiología (Facultad de Psicología) de la UNT, y Oscar Gershanik, director científico de la Fundación Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Los médicos hablaron sobre esta enfermedad con motivo de conmemorarse hoy el Día Mundial de la Lucha contra el Parkinson.

La fecha fue instituida en 1997 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y coincide con el nacimiento del doctor James Parkinson, neurólogo que describió lo que llamó "Parálisis Agitante" y que hoy se conoce como mal de Parkinson.

Encienden el alerta
Entre los síntomas no motores que anuncian con antelación el desarrollo de la enfermedad neurodegenerativa figuran: la disminución del olfato, el aumento de saliva, la intolerancia al frío o al calor, los trastornos del tránsito intestinal, la depresión, la fatiga, la apatía, los trastornos del sueño y las alteraciones cognitivas (disminución de la memoria, del foco de atención y de la capacidad de organización

Se estima que en el mundo hay cuatro millones de enfermos, y que en la Argentina suman unos 80.000. Una de cada 10 personas es diagnosticada antes de los 50 años. Además, el aumento de la expectativa de vida mundial hará que la incidencia del Parkinson se incremente en los próximos años.

Pesticidas tóxicos
Mientras científicos del orbe debaten acerca de la causa del Parkinson, numerosos estudios sugieren que los factores genéticos y ambientales pueden ser desencadenantes.

"Hemos estudiado que los pesticidas como el paraquat y la rotenona, solventes como el tricloroetileno y el tetracloruro de carbono pueden influir en los procesos de neurotoxicidad de las células productoras de dopamina", explicó la doctora Anabel Chade, jefa de la Clínica de Parkinson de la Fundación Ineco.

Sustancias protectoras
Por otra parte, existen sustancias llamadas protectoras, como los flavonoides que están presentes en la manzana, el té, el vino tinto, los frutos del bosque y el jugo de naranja, y que disminuyen el estrés oxidativo.

Un estudio de la Universidad de Harvard, recientemente publicado, demostró que las personas que consumen los alimentos referidos tienen un 40% menos de riesgo de padecer la enfermedad. "Si bien estos estudios no prueban la relación causa-efecto, hay que tenerlos en cuenta porque demuestran asociaciones directas o inversas", aclaró Chade.

Proceso complejo
La enfermedad que denominamos Parkinson es la etapa avanzada final de un proceso complejo que involucra múltiples sistemas, además del cerebro.

"Redefinir el Parkinson nos permite aceptarlo como una enfermedad multiorgánica, con manifestaciones clínicas que abarcan varias décadas y que progresan en diferentes estadios", explica el profesor Gershanik, que también dirige el Laboratorio de Parkinson Experimental en el Instituto de Investigaciones Farmacológicas del Conicet.