Jesús nos pide que nos amemos los unos a los otros

"Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado". Así lo dice Jesús en la Última Cena a sus discípulos. No es el amor al prójimo del que habla el Antiguo Testamento, sino un "mandamiento nuevo", como lo dice Él (Juan 13, 34). Es nuevo porque Él es el modelo ("como yo os he amado"). Y aclara lo mucho que Él nos ama: "nadie tiene mayor amor que el que da su vida por los amigos".

Entonces, este mandamiento del amor que trae Jesús a la humanidad es una de las tres cosas que se celebran hoy, Jueves Santo. Las otras dos son la institución del sacerdocio y la de la Eucaristía.

Hoy es el día en que todos los sacerdotes de la Arquidiócesis se reúnen en una sola misa, por la mañana: la Misa Crismal. Por lo tanto, no se ofician misas en ningún otro templo. El oficio está lleno de ritos y simbolismos. Monseñor Alfredo HoracioZecca, arzobispo de Tucumán, consagrará los santos óleos, entre ellos el santo crisma, que luego se usará a lo largo de todo el año para administrar los sacramentos. Esos óleos se ponen en grandes recipientes que luego se entregan a cada una de las parroquias para los bautismos, unción de los enfermos y otros sacramentos. La distribución de los aceites se hará el sábado.

En otro momento, los sacerdotes renovarán sus promesas sacerdotales (el arzobispo les hará preguntas que ellos deberán contestar). De esa manera demostrarán su fidelidad a la Iglesia y, por supuesto, al arzobispo.

El lavado de los pies

Por la tarde, en todos los templos se oficiará la Misa de la Cena del Señor, porque recuerda la última Cena de Jesús con sus discípulos. Al terminar, casi todos los templos dejan abiertas sus puertas hasta la medianoche o hasta el día siguiente en vigilia de oración. Es en esta celebración donde se recuerda la institución Eucarística en la cual se perpetúa el sacrificio de Cristo.

Un rito que llama mucho la atención es el lavado de los pies. Pueden ser a 12 niños o a 12 adultos. El sacerdote los hace pasar al altar, ellos se descalzan un solo pie y el religioso les echa agua y luego los seca con una toallita, en recordación del gesto que tuvo Jesús con sus discípulos al lavarles los pies. De esa manera, Cristo quería representar el mandamiento del amor, que siempre implica humildad.

Al finalizar, se traslada en procesión al Santísimo Sacramento hasta su monumento, para que los fieles lo adoren. Hay quienes acostumbran visitar cinco o siete templos esta noche, en agradecimiento al amor de Cristo de quedarse para siempre en la simpleza de la Hostia. En los templos se retiran las cruces y las campanas dejan de sonar hasta la Pascua.

La Misa Crismal reúne al clero

Por primera vez monseñor Alfredo Zecca presidirá la Misa Crismal en la Catedral, hoy a las 10. A la misma hora, pero en la Catedral de Concepción, monseñor José María Rossi oficiará la Misa Crismal junto al clero de esa diócesis.