Murieron esperando una buena noticia de la Anses

Muchos jubilados vieron frustrados sus pedidos de reajuste de haberes a partir de una resolución emitida por la Anses en setiembre 1999. La disposición (Nº 431/99) impone plazos de caducidad a ciertos derechos. Gerardo Perdiguero, ex interventor del Instituto de Previsión Social y con 30 años de trayectoria en derecho administrativo, lo explica así: "alterando las pautas convencionales de transferencia, la Anses deniega las solicitudes presentadas con posterioridad al 11 de marzo de 1997 (que es el plazo de prórroga para acogerse a la jubilación por la ley provincial), señalando que deben regirse por la legislación nacional". Perdiguero considera que esta resolución es violatoria de los derechos de los jubilados, porque "un pedido de reajuste de haberes no puede prescribir, más allá de que sí lo hagan los importes a percibir".
En otros casos, la Anses aceptó el pago de reajustes pero no abonó el dinero. Adujo falta de presupuesto. Así le ocurrió a Enriqueta de Romero quien festejó sus 90 años creyendo que iba a cobrar los Bocones que le debían por diferencias salariales de hace 20 años. "El año pasado le llegó una nota de la Anses diciendo que ya estaba para cobrar. Mi mamá se ilusionó muchísimo, hasta planeaba hacer un viaje. Pero se murió esperando", dijo con tristeza su hija Enriqueta. "La Anses nunca pagó porque decía que no tenía presupuesto. Cuando mamá murió, volví a hacer el reclamo. Pero me dijeron que tenía que hacer un juicio para cobrar. ¡Un juicio! ¡Pero si soy única hija! Además, el gasto del abogado me va insumir todo lo que me paguen...", protestó.
Algo parecido le pasó a Dionisio Romero. "Tras esperar 15 años que le reconozcan un reajuste salarial (cobraba $ 280 y debería haber percibido $ 500), la Anses lo notificó diciéndole que ya podía cobrar. El se emocionó tanto que se murió... tenía cuatro by pass", cuenta su esposa, Elva Dolores Delgado (71).

Sólo queda una oficina
Para saber las causas de la demora de los trámites jubilatorios, LA GACETA consultó a abogados, a jubilados, al jefe de la Unidad de Control Previsional de la Provincia-UCP-, Roberto Peral, y a la titular de la Anses, Viviana Bernacchi (quien evitó dar explicaciones). Encontró varios problemas: en primer lugar, la Provincia desmanteló su estructura previsional después del traspaso del sistema y apenas dejó una unidad (la UCP) que funciona en el viejo edificio del Instituto de Previsión Social, para resolver los expedientes que quedan. Peral reconoció que los trámites se mueven dentro de las posibilidades, ya que la unidad está desbordada. "Aquí se tramitan unos 8.000 expedientes con el trabajo de sólo 14 empleados", dijo. Las demoras aumentan porque la UDAI-Tucumán (Anses) no tiene autonomía suficiente y el 100% de los expedientes debe enviarse a Buenos Aires, a la Unidad de Control de Expedientes Provinciales (UCEP). Las diferencias de interpretaciones de las leyes a menudo provocan visados negativos que dan lugar a un nuevo intento. Sólo recientemente la UCP logró que la Anses acepte transformar las jubilaciones docentes parciales en totales. Es el caso de los que se jubilan de un cargo y siguen en actividad en el otro. La Anses no estaba incorporando la antigüedad del segundo cargo a la jubilación definitiva, pero ahora sí lo hace.