BUENOS AIRES.- River, actual campeón afista, y Boca, pentacampeón de América, llegan como favoritos sobre el resto para ganar el Apertura 2003, que ofrece pocos elementos para presumir una ruptura en la lógica de previsibilidad que domina al fútbol argentino. Independiente, San Lorenzo y Racing, el trío que completa el crisol de grandes, se presentan con una candidatura moderada.
En un ambiente con características feriantes, en el que los jugadores son expuestos como mercancías al mejor postor, River fue el más audaz con incorporaciones entusiastas como las del chileno Salas y Montenegro.
La estrategia de compra en Núñez responde no sólo a cuestiones deportivas sino también a nociones de marketing para despertar la expectativa de su gente; no se conforma con un título local, pues quiere ver a su equipo ganador a nivel internacional.El equipo de Pellegrini reemplazó a Demichelis por Fernando Crosa (único jugador del mercado al que le fue adquirido la totalidad del pase); cambió a su última joya, D?Alessandro, por Montenegro, sumó nombres impor- tantes como Salas y Vivas y espera dar sus últimos golpes con el retorno de dos hijos pródigos: Ortega y Gallardo. Le sobran recursos futbolísticos para repetir en el Apertura sin perder de vista la Sudamericana, que será asumida con seriedad porque sería un buen aperitivo para el gran objetivo internacional: la Libertadores 2004.
Boca, con menos presiones y con su pensamiento en el partido contra Milan de Italia en Tokio, tendrá el papel coprotagónico en el Apertura, un título que no gana hace tres años. Las ilusiones del equipo de Carlos Bianchi son sustentadas con argumentos rotundos: mantuvo la base del equipo campeón de América (sólo se fue Delgado) y sumó un trío de extranjeros (Iarley, Perea y Vargas) que podrían convertirse en refuerzos interesantes. El resto de los grandes tiene las mismas esperanzas pero menores recursos para soñar. Independiente, que contrató a diez jugadores, sufrió un brutal éxodo de hombres a partir del retiro de su padrino, Daniel Grinbank. En el recambio puesto por puesto, el "diablo" arroja un déficit indisimulable. Racing apostó al retorno de Angel Cappa a la conducción técnica con algunos de "sus" jugadores como Roberto Molina y el peruano Galliquio, y un grupo de refuerzos conseguidos de equipos que pelearon el descenso la última temporada. San Lorenzo, en la era Gorosito, también afrontó un proceso de renovación y sus mayores ilusiones estarán centradas en el poderío ofensivo que supone la puesta en escena de Alberto Acosta, Silvio González, Ariel Carreño y Damián Luna.
Un escalón después, Vélez y Colón representan la osadía de los equipos chicos que aspiran a pelear el torneo.
Estudiantes de La Plata, apoyado en el fenómeno Bilardo; Newell?s, apuntalado por el "Patrón" Bermúdez, y Rosario Central, aunque disminuido por las ventas de César Delgado y de Luciano Figueroa, buscarán entrometerse en la vanguardia.
Obligados a sumar
El descenso tendrá como protagonistas a los debutantes Quilmes y Rafaela; a Chacarita, que apostó a jugadores emblemáticos como Arzeno y Serna, y a Chicago, con una formación nueva, ahora dirigida por Márcico. El más comprometido es Talleres (C) que, tras zafar en la Promoción, arrancará con el peor promedio y con un plantel arrasado por las desvinculaciones.(TELAM)