La violencia contra la mujer pone en riesgo a los niños de la familia

La violencia contra la mujer pone en riesgo a los niños de la familia

El adulto que maltrata a su pareja internaliza ese comportamiento. LA GACETA habló con un psiquiatra tucumano.

FOTO TOMADA DE ELDIADESPUESFM.COM.AR FOTO TOMADA DE ELDIADESPUESFM.COM.AR
18 Noviembre 2011
Tomás le temía a Adalberto Cuello. El hombre, ex pareja de su madre es el principal sospechoso de la muerte del nene de 9 años. "Temblaba cuando lo veía", "parecía que había visto al diablo", fueron algunas de las expresiones que usaron familiares del pequeño asesinado en la localidad bonaerense de Lincoln.

El caso de Tomás Santillán dispara muchas preguntas sobre las situaciones familiares, donde el principal condimento es la violencia ¿Se podría haber previsto? ¿Se pueden detectar comportamientos que indiquen que un niño está siendo maltratado? Un adulto que maltrata a su pareja ¿es también violento con los niños de la casa?

"Una persona que tiene asimilada la conducta de la violencia, puede dirigirla a distintos ámbitos, intra o extra familiar. Se trata de una conducta aprendida, pero que tiene las pautas internalizadas y las naturaliza", explicó el psiquiatra Angel Uslenghi, especialista en violencia familiar e integrante del Cuerpo de Peritos Médicos del Poder Judicial de Tucumán.

Uslenghi consideró que la violencia, sea de tipo físico o psicológico, genera un circuito de indefensión en las víctimas, que puede reproducirse en el resto de la familia. "El maltratador tiene la conducta de la violencia internalizada. Si la manifiesta con la madre, también los hijos, o incluso otros miembros de la familia están en riesgo", dijo.

El peligro de los testigos
Otro elemento a tener en cuenta, añadió el psiquiatra, es que -según datos difundidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- el 25% de los testigos de violencia familiar terminan siendo víctimas de maltratos.

"Estos agravios tienen manifestaciones psíquicas y físicas, a las que no siempre se presta atención", dice Uslenghi. Cuando una mujer pierde un embarazo por hipertensión, por ejemplo, puede haber una historia de violencia por detrás. "Se tiende a naturalizar el hecho. No se le da la magnitud que tiene, hasta que ocurre una muerte", se lamentó.

En el caso de los niños, hay que estar atentos a ciertas conductas. "Un menor que se aísla, o que manifiesta trastornos de conducta, que tiene bajo rendimiento escolar, o que reacciona con mucha violencia con otros chicos o con los maestros, puede estar siendo víctima de maltrato", explicó el profesional.

Ahora bien, como la violencia se manifiesta de distintas formas y resulta muy difícil para la familia romper con ese circuito de indefensión, los servicios de salud y el sistema educativo deberían estar preparados para detectar estos casos. Pero hay problemas para aceitar ese mecanismo.

"La ley provincial obliga a miembros del sistema de salud y del sistema educativo a hacer la denuncia ante la sospecha de que un niño está siendo maltratado. Pero en muchos casos se desalienta la denuncia por temor a las consecuencias. En el caso de los directivos escolares, porque temen problemas con la familia, y los trabajadores de la salud por miedo, por ejemplo, a no poder volver a trabajar en la zona", remarcó Uslenghi.

Las seccionales de Policía también son un territorio hostil para las víctimas de violencia familiar. "Todavía hay comisarías donde no reciben las denuncias. Les dicen que tienen que radicarlas en la Comisaría de la Mujer y esto no es así. Todas las seccionales están obligadas tomar las declaraciones. También pueden hacerse en sede judicial (en las fiscalías) e incluso, de forma anónima", concluyó el psiquiatra. LA GACETA©

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