16 Noviembre 2011
"ME AYUDÓ A SOBRELLEVAR LA VIDA"
"Fui por trabajo a Salta y ahí me enteré de lo que ocurría en el cerro. Cuando viví la experiencia sentí la necesidad de volver y de trabajar en el lugar más que como peregrina. Me acerqué a una servidora y le dije que quería ayudar. En ese tiempo no había tantos servidores como hay ahora (alrededor de 250 de distintas provincias). Me hicieron llenar una ficha y me llamaron a casa para decirme que iba a tener una entrevista con María Livia y que luego me iban a dar la credencial. Después de un tiempo de prueba me llamaron para darme el pañuelo, que siempre se hace un día antes de la fiesta de la Virgen. Ella me ayudó a sobrellevar cosas terribles, como un ACV y después la muerte de mi hijo en un accidente. Con la ayuda de la Virgen vivo en paz." (María Angela Moyano, de Tucumán)
"MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS"
"La primera vez que viajé a Salta fue por pedido de mi novia debido a una mala situación que estábamos atravesando. En gran parte lo hice por complacerla. Al principio no podía dejar de pensar que no me caía como los demás, pero fui comprendiendo. Empecé a rezar de corazón. Sin dudas marcó un antes y un después en mi vida. Hoy asisto a misa todos los domingos y la vivo de otra manera, confieso y comulgo con frecuencia, y participo de un grupo de oración formado por peregrinos del santuario de la Inmaculada Madre. (Federico César Malla, Tucumán).
"SOY SACERDOTE Y FUI A SALTA"
"Mi madre había viajado y a su regreso me contó todo lo que vivió. Como la Iglesia todavía no aprobó las apariciones, decidí ir en forma particular, en un colectivo junto a otros peregrinos. Fue un viaje maravilloso, reafirmó mi vocación. En el momento de la intercesión no caí, pero me corrió un calor por todo el cuerpo, al que le siguió un gozo interminable que duró varios días" (sacerdote tucumano, que pidió reserva).
"ME DEVOLVIÓ LA PAZ"
"Me había separado de mi marido y me sentía muy angustiada. En el momento de la oración de intercesión no me caí, pero la Virgen me devolvió la paz. Volví cuatro veces a Salta e hice una réplica de la imagen que doné a una parroquia" (Juana Alvarez, psicóloga)
"Fui por trabajo a Salta y ahí me enteré de lo que ocurría en el cerro. Cuando viví la experiencia sentí la necesidad de volver y de trabajar en el lugar más que como peregrina. Me acerqué a una servidora y le dije que quería ayudar. En ese tiempo no había tantos servidores como hay ahora (alrededor de 250 de distintas provincias). Me hicieron llenar una ficha y me llamaron a casa para decirme que iba a tener una entrevista con María Livia y que luego me iban a dar la credencial. Después de un tiempo de prueba me llamaron para darme el pañuelo, que siempre se hace un día antes de la fiesta de la Virgen. Ella me ayudó a sobrellevar cosas terribles, como un ACV y después la muerte de mi hijo en un accidente. Con la ayuda de la Virgen vivo en paz." (María Angela Moyano, de Tucumán)
"MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS"
"La primera vez que viajé a Salta fue por pedido de mi novia debido a una mala situación que estábamos atravesando. En gran parte lo hice por complacerla. Al principio no podía dejar de pensar que no me caía como los demás, pero fui comprendiendo. Empecé a rezar de corazón. Sin dudas marcó un antes y un después en mi vida. Hoy asisto a misa todos los domingos y la vivo de otra manera, confieso y comulgo con frecuencia, y participo de un grupo de oración formado por peregrinos del santuario de la Inmaculada Madre. (Federico César Malla, Tucumán).
"SOY SACERDOTE Y FUI A SALTA"
"Mi madre había viajado y a su regreso me contó todo lo que vivió. Como la Iglesia todavía no aprobó las apariciones, decidí ir en forma particular, en un colectivo junto a otros peregrinos. Fue un viaje maravilloso, reafirmó mi vocación. En el momento de la intercesión no caí, pero me corrió un calor por todo el cuerpo, al que le siguió un gozo interminable que duró varios días" (sacerdote tucumano, que pidió reserva).
"ME DEVOLVIÓ LA PAZ"
"Me había separado de mi marido y me sentía muy angustiada. En el momento de la oración de intercesión no me caí, pero la Virgen me devolvió la paz. Volví cuatro veces a Salta e hice una réplica de la imagen que doné a una parroquia" (Juana Alvarez, psicóloga)
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