Llega a la tercera edad más sexy que nunca

Fue un día revolucionario, pero entonces pocos lo intuían. El nuevo medio parecía lejano y extraño, y era difícil imaginar algo más mágico que la radio y más completo que los diarios. Pero la televisión se aseguró un debut pomposo en la Argentina, con un encendido discurso político y una promesa infinita de crecimiento.

Aquella transmisión inaugural, el 17 de octubre de 1951, mostró -sólo a Buenos Aires, ya que la nueva tecnología tardaría en llegar a las provincias- el acto por un nuevo aniversario del Día de la Lealtad peronista. Además, dio origen al Canal 7, que entonces pertenecía a Jaime Yankelevich y fue, durante muchos años, el único disponible. En su seno albergó a distintos profesionales del cine, el teatro y la radio, que vieron en el nuevo medio la oportunidad de ampliar sus experiencias laborales. También los publicistas se dieron cuenta de que algo valioso había nacido e incitaban a los anunciantes de radio a trasladarse a la pantalla chica.

Habría que esperar hasta 1960 para atender al nacimiento de lo que sería el segundo canal del país: Canal 12, de Córdoba. Desde ese año hasta el 66, fueron surgiendo otros privados en la Capital Federal y en las principales ciudades (entre ellos, los actuales Trece, Telefe y América). Por entonces, el aparato que permitía ver las emisiones era un lujo que no todos podían darse. Era frecuente, por lo tanto, que se congregaran grandes grupos en los pocos bares o casas de familia que lo habían adquirido para disfrutar de los programas, en riguroso blanco y negro.

Todos los canales tuvieron en sus comienzos un padrino estadounidense: la ABC lo fue del 9; la NBC de Telefe; y la CBS del 13. Les proveían, en exclusiva, tecnología y contenidos extranjeros, aunque esa relación se fue extinguiendo con el tiempo. Seis décadas después de esos primeros pasos, la televisión argentina levanta las copas y se asume más viejita. ¿Qué tres deseos pedirá?