Un incremento en la donación de órganos

11 Julio 2011
Se suele decir que el hombre tiene la sensación de que es inmortal hasta que alguien cercano fallece o él mismo se enferma con algún riesgo de morir. Es entonces cuando toma conciencia de la finitud de la existencia. Su realidad puede tornarse dramática si necesita de la cesión de un órgano para seguir viviendo.

Por lo general, se desconoce que un solo donante puede salvar ocho vidas: dos trasplantes de riñón, dos de pulmón, dos de hígado (dividiendo el órgano), uno de páncreas o intestino delgado y uno corazón, sin contar los vinculados con la calidad de vida, como los trasplantes de córneas o de piel.

De acuerdo con un reciente informe del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), entidad que impulsa, norma, coordina y fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos, tejidos y células en nuestro país, hubo un incremento en las donaciones. Durante los primeros seis meses del año hasta el 4 de julio se realizaron en el país 663 trasplantes de órganos, merced a 301 donantes, lo que representa un incremento del 19% con respecto a los 6 primeros meses de 2010. Según la estadística, del total de 663 trasplantes efectuados en este período: 395 fueron renales; 162 hepáticos; 45 cardíacos; 35 renopancreáticos; 11 pulmonares; 5 pancreáticos; 4 hepatorrenales; 2 intestinales; 1 cardiorrenal; 1 hepatointestinal; 1 cardiohepático y 1 cardiopulmonar. Además, se efectuaron 433 trasplantes de córneas. Los donantes que permitieron la disponibilidad de órganos provinieron de establecimientos hospitalarios de todo el país.

En su informe, el Incucai destacó que este logro se alcanzó gracias a la solidaridad de las personas que decidieron donar sus órganos, a los organismos provinciales de procuración, a los coordinadores de trasplante y al personal sanitario de los hospitales de todo el país, cuyo trabajo en la obtención de órganos y tejidos garantiza seguridad y transparencia en el proceso de donación.

Un médico argentino que se desempeña en el Servicio de Trasplante en adultos del Hospital Necker de París, y que fue el primer director del Incucai le dijo hace unos días a nuestro diario que ser donantes significa compartir la vida, no regalarla. Indicó que la oferta sigue siendo escasa en comparación con la demanda de órganos y que influye la oposición de la familia ante la muerte del ser querido, argumentando un supuesto respeto por la integridad del cuerpo, así como prejuicios y desconocimiento. "Incluso los médicos muchas veces no estamos debidamente preparados para abordar este tema. El manejo de la donación de órganos debería ser materia obligatoria en las facultades de Medicina", sostuvo. Según la titular local del Incucai, en el Padilla que es un hospital donante, se coordina la procuración y la ablación de órganos; funciona un banco de córneas, de huesos y tejidos blandos y anunció que en un futuro cercano de efectuarán trasplantes.

Si bien hubo avances respecto de 2010, pensamos que estos serían mayores si se comenzara a concientizar a los ciudadanos sobre la importancia de donar los órganos en los ámbitos educativos, en la administración pública, en las empresas privadas, incluyendo a la Facultad de Medicina. Si ello se hiciese en forma coordinada y formara parte de un programa o de una política específica es posible que la oferta crezca. A mayor educación, menos prejuicios, más solidaridad y más vida.

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