Las entradas hacen arder los bolsillos

Las entradas hacen arder los bolsillos

A medida que pasa el tiempo, comprar entradas para los espectáculos hace temblar más la billetera. Suele pensarse que en Buenos Aires el acceso a los shows es mucho más caro, pero en realidad los precios son similares en Tucumán, aunque el gasto ocasionado por los traslados suele duplicar el costo de la producción. Los organizadores explican cómo se definen los precios.

LA GACETA / OSCAR FERRONATO LA GACETA / OSCAR FERRONATO
07 Julio 2011
Emoción, ansiedad, alegría. La ciudad entera está empapelada con la cara y la guitarra de su artista favorito. Años esperándolo y toca pasado mañana en el teatro. Va corriendo a comprar las entradas por miedo a que se agoten y los carteles de la boletería le pegan un cachetazo de realidad que le cortan en seco la sonrisa: ¡$150 la platea!

Pasa seguido, y cada año con más frecuencia. En Tucumán, la oferta de espectáculos nacionales e internacionales no tiene piedad con los bolsillos de los comprovincianos, que muchas veces se quejan frente a las boleterías debido al alto precio de las localidades. En algunas ocasiones, el amor por el artista favorito justifica el sacrificio y la plata sale de donde sea; pero en otras, las ganas tienen que quedarse guardadas en la billetera.

Quienes lo viven de cerca son los productores. Detrás de las ventanillas contemplan a los espectadores pensativos, tratando de decidir cuál entrada comprar. "Y eso que los precios no subieron nada en comparación con los costos de producción. Pero si los aumentamos más, la gente no lo va a poder pagar", advierte Josefina Andújar (hija).

Andújar, junto con Gabriel Fulgado y Julio Robín, tres productores que traen shows foráneos, accedieron a una entrevista con LA GACETA para explicar por qué las entradas cuestan lo que cuestan. "Existe una fantasía de que son más baratas en Buenos Aires y no es así: allá a veces cuestan lo mismo y otras son todavía más caras, a pesar de que las salas quintuplican en capacidad a las nuestras", puntualiza Andújar. Pero en Buenos Aires el nivel adquisitivo es otro y, al mismo precio, el esfuerzo del bolsillo tucumano es mayor. En la mayoría de los casos es la compañía la que define el precio en todo el país.

Muchísimos artistas está radicados en Capital Federal y con cada kilómetro que recorren, los costos aumentan. "Un grupo como el de ?Fantástica? (la revista de Carmen Barbieri) vino el año pasado con 33 personas a las que hay que trasladar, alojar y dar de comer, porque de todo eso se encarga la producción local", explica Andújar. Apuntó que este año se notó una reducción en la cantidad de público. "El año pasado, por ejemplo, hicimos tres funciones repletas de la obra de Flor de la V y este año dos, aunque el precio varió apenas $10", señala.

El público también define precios. "En un festival de rock, una entrada de más de $40 ya es difícil de pagar para los chicos y no pueden ir, por ejemplo", sostiene Julio Robín.

Casi siempre hay un billete para disfrutar de un show, aunque para ello haya que renunciar a otros gastos. Pero en algunas ocasiones la gente no está dispuesta a pagar: "eventualmente hay espectáculos sobrevaluados, shows que cuestan mucho más de lo que valen y las entradas son excesivas -advirtió Robín-. Pero ya está comprobado que eso no sirve: cuando siente que le roban la gente no compra la entrada. Es simple".

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