Cortaron el juego y apelaron al apriete

CÓRDOBA.- Entraron al campo como dueños de casa. Un grupo de barrabravas de River apuró a los jugadores en pleno partido, imágenes que fueron transmitidas en directo por la TV, en un hecho que no tiene precedentes en la historia de nuestro fútbol.
A los siete minutos del complemento, cuando Belgrano ya ganaba por 2 a 0, los violentos ingresaron al campo a través de un hueco que hicieron en el alambrado. Primero fueron dos con sus rostros encapuchados, pero después se sumaron al menos otros tres con la cara descubierta.
No dudaron un instante en apuntar a Adalberto Román primero y a Carlos Arano, los "culpables" de las dos conquistas del "pirata". Matías Almeyda trató de poner calma y el arquero Juan Pablo Carrizo, con el árbitro Néstor Pitana, les pidieron que se retiraran. Hicieron caso, pero la policía cordobesa no hizo nada para detenerlos. Hasta tuvieron tiempo de trepar y esconderse entre sus compañeros en la tribuna.
Pitana, como corresponde, habló con el jefe del operativo de seguridad para determinar si el encuentro podía seguir disputándose. Los uniformados montaron un cordón especial y todo siguió. Luego, el juez les advirtió a los capitanes que ante el menor incidente, suspendería el choque. Todo ese trámite duró nada menos que 20 minutos.
La historia amenaza con no terminar aquí. Habrá que ver si las autoridades de seguridad deciden castigar a los simpatizantes de River por su inconducta. Al cierre de esta edición, algunos rumores indicaban que el partido revancha hasta se podía jugar a puertas cerradas, lo que es muy poco probable que ocurra.
¿Motivos? Ayer, a las pocas horas que se pusieron en venta, se agotaron las entradas para el histórico choque en el Monumental. Además, los incidentes se registraron en Córdoba, por lo que los responsables de la seguridad de Buenos Aires no pueden actuar, salvo que decidan tomar una medida ejemplificadora. (Especial)