Mejor "pantalla a pantalla" que "cara a cara"

Mejor "pantalla a pantalla" que "cara a cara"

Cada vez son más los adolescentes que prefieren relacionarse mediante la web antes que hacerlo de manera personal. Dicen que se sienten más cómodos y seguros. Sin embargo, admiten que se arriesgan al enviarle información y fotos a desconocidos. Los que tienen a familiares entre sus contactos se animan a expresarles cosas que en la vida real no podrían contarles.

14 Mayo 2011
Se puede ser otro: más lindo, más grande, más flaco. Pantalla mediante, no es difícil inventarse un personaje a la medida de lo que uno sueña. Por eso internet los seduce tanto. No pueden resistirse. "No volví a sentirme sola nunca más", lanza Mora, de 16 años. No puede estar un día sin chatear. Lo hace en su casa o en el ciber cuando sale de la escuela. Lo bueno de estar online, dice, es que ahí no se nota su perfil altamente tímido y vergonzoso. "Todo es más fácil cuando no tenés que mirar al otro a la cara, y no se te nota la voz chillona", asegura mientras sus dedos movedizos saltan sobre el teclado. Sus ojos claros vuelven a compenetrarse en la PC y la joven, de trenza larga, prolija, se despide.

Saben que hay riesgos. "También los hay en la calle, y más", se defiende Lucas, de 15 años. A la hora de relacionarse, elige las amistades que quedan a sólo un click. No es el único. En el telecentro en el que pasa dos horas diarias hay seis chicos más. Casi todos la misma edad. Gustavo también pasa hasta tres horas zambullido en el chat cada día. Curiosear por Facebook es la actividad favorita. "Aquí se puede chamuyar a las chicas", presume.

Cada vez son más los adolescentes que prefieren relacionarse a través de internet que hacerlo cara a cara. En la web se sienten más cómodos, seguros de sí mismos. Así lo comprobó un estudio de la Universidad del País Vasco, en colaboración con la London School of Economics and Political Sciencies del Reino Unido. Para obtener la muestra se entrevistó a cerca de 25.000 estudiantes en 25 países de Europa. La mitad de ellos, de 11 a 16 años, priorizan los vínculos en la red antes que los personales.

Según la investigación, a los jóvenes les resulta más fácil generar una amistad en internet, debido a que se exponen a menores dificultades en comparación a una relación cara a cara. Además, cerca de un mouse y un teclado sienten más confianza en sí mismos. "En la pantalla encuentran un medio de escape o compensación a las dificultades que se les asoman en la vida offline", subraya el estudio.

Esta sobreexposición a la red ha trastocado formas de ocio y hasta de personalidad. Por otro lado, los adolescentes encuestados reconocieron que están expuestos a correr riesgos ya que envían fotografías e información personal a contactos que no han conocido cara a cara. También admiten hacerse pasar por otra persona que no son.

Según los expertos que desarrollaron el trabajo, los niños pasan tiempo en internet por diversos motivos. Para muchos ofrece la oportunidad de expresarse y desarrollar amistades. De acuerdo con la investigación, los niños que tienen dificultades con sus amistades en la escuela o en algún otro sitio tienden a correr mayores riesgos cuando están online.

Sobre qué "chatean"
El chat tiene su propio lenguaje. La velocidad se impone y la fonética domina. Sintaxis, gramática y ortografía sufren una especie de exilio. "Tqm (te quiero mucho)", "ablams (hablamos)", "yamam (llamame)", "bb t xtraño (bebé, te extraño)". Lo que es "chino básico" para algunos, para los adolescentes es la mejor forma de vincularse: se escribe como se habla y lo único que importa es comunicarse. Y agregar emoticones en la charla para dibujar cómo se sienten.

"Chateando conocés un montón de gente, así, de la nada. Te aparece alguien en la lista y hablás. Intercambiás fotos. Y depende de cómo te caigan, podés encontrarte. En general hablo bastante de música y de deportes", relata Javier, de 13 años. Lo que más le fascina, cuenta, es vincularse con jóvenes de otros países, para conocer otras culturas.

Carolina del Valle, 14 años, chatea bastante: "te podés pelear por chat y hablar de algunos temas que jamás hablarías personalmente", detalla la joven, escondida en el pequeño cubículo de un ciber céntrico al que concurre todos los días cuando sale de la escuela. Asegura que se mueve con mucho cuidado en Facebook, que su padre le habló una y otra vez sobre los peligros. Sin embargo, no tiene problemas de aceptar cualquier solicitud de un desconocido. "Pero nunca tendría un encuentro con alguien que no fuera mi amigo en la vida real", aclara.

Stefanía, también de 14, es una amante de las redes sociales y su vicio favorito: chatear en la red con más usuarios en el mundo entero. "Lo mejor es que podés mentir y total no te ven", asegura. Ella no aceptaría una cita a ciegas pero admite que sus amigas lo han hecho varias veces.

Aquellos adolescentes que tienen a sus padres u otros familiares entre sus contactos en la red también valoran que a través del chat pueden relacionarse mejor. Muchos incluso se animan a decirles las cosas que sienten, palabras que les resulta muy difícil decir de frente. "A mi papá le publiqué en su muro que es lo mejor que me pasó en la vida: jamás se lo había dicho. Por el chat, nos ponemos al tanto de las cosas que nos pasan. Está bueno", resume, orgulloso, Javier.

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