Hugo Corbalán: "Mi mente se puso en blanco cuando convertí"

"Cuando me di cuenta que había marcado el gol, la mente se me puso en blanco. Sólo escuchaba el griterío de la gente y el abrazo de mis compañeros. Después caí y salí a festejar como loco", reconoció con firmeza Hugo Corbalán, el hombre que pasó a la historia del fútbol tucumano por haber sido el autor del primer tanto de un clásico disputado en un torneo del Nacional B y por haber jugado el penúltimo derby, pero con la camiseta de San Martín.

Hombres de mil batallas el ex defensor no puede dejar de sonreír cuando relata todo lo que ocurrió ese 29 de octubre de 1989. "Me había perdido tres partidos del certamen por estar lesionado. Vino Hugo García, que era el técnico de esos momentos y por lo menos tres días antes me dijo: ?pibe quedate tranquilo que vos vas a ser titular. Esa muestra de confianza me ayudó muchísimo", destacó.

Corbalán, al borde de las lágrimas, recordó emocionado ese encuentro. "Fue un choque muy especial porque los dos se volvían a enfrentar después de mucho tiempo. No podíamos salir a la calle. Los hinchas nos reclamaban permanente que nos esforzáramos el doble para que pudieran festejar una victoria", explicó.

Por esas cosas del destino, un día Corbalán se fue de Atlético para jugar durante varias temporadas en Huracán. Cuando regresó, en el final de su carrera, no eligió el club donde había triunfado, sino San Martín, el de la contra, el mismo al que había amargado cuando se jugó el primer clásico de la segunda división del fútbol argentino. "Fue una decisión difícil. Estaba el sentimiento de por medio, pero como futbolista era un profesional y debía dar todo para que no hubiera malos entendidos o para que la gente no se confundiera. Además, siempre fui sincero y las dos hinchadas saben dónde están mis afectos", destacó.

El último recuerdo

El 4 de febrero de 2001, casi 12 años después de haber hecho historia, Corbalán volvió al Monumental. Esa vez se puso la camiseta de los "santos". "Por supuesto que ese fue un partido especial. Ir al estadio del club que me dio todo para enfrentarlo fue duro. Pero no me guardé nada. Si hasta un disparo mío terminó dando en el palo. Perdimos, pero en mi mente quedó el recuerdo de haber vivido un clásico diferente. Por suerte las dos hinchadas siempre me respetaron porque nunca ahorre nada", concluyó.