El Plaza espera a sus queridos fantasmas

El Plaza espera a sus queridos fantasmas

La sala, que en la última década había sido utilizada por la Iglesia Universal, acaba de ser desocupada. Un grupo de cinéfilos autoconvocados vía Facebook pretenden que cuando el Plaza reabra sus puertas lo haga con fines culturales. La actividad cinematográfica: gloria, ocaso y recuperación..

FINAL ABIERTO. La fachada del Plaza todavía ostenta el cartel que identifica a la Iglesia Universal. Arriba, a la derecha, los “Cinema Paradiso” y adherentes. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO Y ARCHIVO FINAL ABIERTO. La fachada del Plaza todavía ostenta el cartel que identifica a la Iglesia Universal. Arriba, a la derecha, los “Cinema Paradiso” y adherentes. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO Y ARCHIVO
17 Abril 2011
¿Qué mejor nombre que el de Cinema Paradiso para un movimiento que se ha propuesto impulsar la reapertura del ex cine Plaza para fines culturales? Inspirado en un filme homónimo de Giuseppe Tornatore que se exhibió en 1989, "Cinema Paradiso" es un grupo de ciudadanos tucumanos que está creciendo por medio de Facebook y que en las últimas semanas tomó envión, después de que la Iglesia Universal se fue con sus fieles y con su gigantesco cartel de "Pare de sufrir" al impactante templo propio de la calle Catamarca segunda cuadra.

El viernes, concentrados en el acceso del por ahora desocupado cine Plaza, los cinéfilos autoconvocados reafirmaron, en diálogo con LA GACETA, lo que están diciendo por la red. "Queremos que se salvaguarde el edificio como patrimonio histórico. Y que tenga un destino exclusivamente cultural, ya que en Tucuman faltan salas", sintetizan, en una suerte de Manifiesto, Javier Fiori, Cristina Hynes O? Connor, Catalina Hynes O?Connor,Soledad Valenzuela, Marta Varela, Valeria Albarracín, Marga Fuentes, Jorge Laskowski, Paula Cárdenas, Norma Aparicio, Rita Pérez, Carla Guzmán, Paula Cárdenas y Jorge Migliavacca, entre otros militantes de la cultura.

Más interés

No sólo los cinéfilos han empezado a movilizarse desde que la imponente sala se quedó sin inquilinos. Dicen que el gobernador José Alperovich, apenas vio la mudanza, dio la orden de "ver qué se puede hacer" con el edificio. Es cierto que la propiedad es privada; pertenece al grupo empresario cinematográfico Cavallo-Louteret, que fue durante décadas "la pata porteña" de una sociedad con la familia Renzi en el negocio de la cinematografía en el NOA, cuando el "sépimo arte" era arte y era negocio.

Pero, al margen de que es propiedad privada, el edificio tiene valor patrimonial por donde se mire. En primer lugar, lo ideó en la década de 1940 Alberto Prebisch, el arquitecto tucumano que diseñó el Obelisco de Buenos Aires, el ex Mercado de Abasto y una serie de salas de cine, entre ellas el complejo Gran Rex de Buenos Aires, el Güemes y el Victoria de Salta, y otras distribuidas en distintas provincias. Además, los estudiosos de la arquitectura en la Argentina afirman que esas salas muestran la huella de modernidad que le dejó a Prebisch su paso por Estados Unidos.

Súmese a ello que el edificio está enclavado en el núcleo más representativo de la ciudad, el entorno de la plaza Independencia; y que el Plaza fue durante medio siglo, con sus 1.500 butacas, la gran sala de cine de Tucumán.

Desde el cierre, en 1992, el Estado tomó algunas iniciativas sobre el ex Plaza: la que está más fresca es la norma pidiendo la expropiación que impulsó en 2005 la legisladora justicialista Olijela del Valle Rivas. El acuerdo con la parte empresaria no prosperó entonces por discrepancias en torno al valor de la tasación del inmueble (entre $5 y $7 millones, seis años atrás). Desde que los inquilinos de la Iglesia Universal se fueron, la idea de la legisladora Rivas ha vuelto a rondar.

El titular del Ente de Turismo, Bernardo Racedo Aragón, no desestima esa opción; pero antes prefiere otras. "Lo más importante es que al Plaza hay que mantenerlo como una sala de eventos hecha por Prebisch; que no se pierda ese patrimonio. Estamos viendo que una tercera empresa privada la alquile para los fines que supo tener cuando fue construida. A la sociedad tucumana no le importa si es el Estado o un privado el dueño de la sala: lo que debe importarle es que así ganaría un auditorio de más de 1.500 butacas", continúa. Dice que la partida de los viejos inquilinos no lo tomó por sorpresa; y que ya desde diciembre viene haciendo tratativas para encontrarle un nuevo destino al Plaza "y viendo cómo se puede reciclar". En esa línea, no descarta que el Estado colabore con la puesta en valor del inmueble, en caso de que un productor decida alquilarlo para su explotación.

Mientras tanto, la Comisión de patrimonio de la Provincia ya está trabajando para que el edificio del ex Cine Plaza sea declarado de interés provincial. "Es importante; porque cualquier intento de reforma, de restauración, debe ser visada por este organismo", afirma Ricardo Salim, delegado provincial de la Comisión Nacional de Museos.

La semana pasada los defensores del patrimonio se pusieron nerviosos: dicen que vieron "hombres de negro" en el hall del Plaza. Pensaron que eran de alguna inmobiliaria. Racedo Aragón los calma: afirma que eran profesionales que recuperaron el Victoria de Salta (ver nota aparte) y que estuvieron analizando cuánto costará un trabajo similar en el hermano tucumano para sus fines originarios. Dice que se necesitarán entre seis y 12 millones de pesos, según la profundidad de la intervención. Cinema Paradiso espera.

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