El peluquero "Centenario"

El peluquero "Centenario"

Derisso era también periodista, militante y orador

ANGEL F. DERISSO. El peluquero habla en una manifestación de protesta en Salta, poco antes de radicarse por un tiempo en Tucumán. ANGEL F. DERISSO. El peluquero habla en una manifestación de protesta en Salta, poco antes de radicarse por un tiempo en Tucumán.
Durante las dos primeras décadas del siglo XX, época de los grandes bigotes y de las afeitadas a navaja, las peluquerías figuraban entre los negocios más importantes de la ciudad.

El periodismo les dedicaba frecuentes notas. Por ejemplo, en la revista porteña "Fray Mocho", del 24 de enero de 1913, se publicaban cuatro páginas sobre "Peluqueros periodistas, literatos, oradores y filósofos".

Entre los entrevistados, estaba Angel F. Derisso -conocido por la gente con el apodo de "Centenario"- empleado, hasta hacía pocos meses, de la peluquería de Primitivo Quiroga, esquina 9 de Julio y Crisóstomo Alvarez, en Tucumán. Era un colorido personaje. Nacido en la provincia de Buenos Aires, en 1911 fundó en la localidad santafesina de Rufino un periódico de combate, "La Antorcha". Anduvo por diversas provincias, donde ejercía tanto de peluquero como de fogoso orador, en reuniones gremiales o de protesta social: Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Salta, y últimamente Tucumán.

El corresponsal de la revista en nuestra ciudad, lo calificaba como "un personaje que sale enteramente de lo vulgar, lo que le permite mirar con menosprecio las cabezas humanas que caen bajo la acción del filoso instrumento, porque las sabe, en su enorme mayoría, inferiores a la suya". Y "la suya vive poblada de visiones fantásticas, que dibujan en su imaginación un mundo nuevo, aureolado por la igualdad de todos los hombres, en un gran himno de solidaridad". El corresponsal le preguntó por sus lecturas, y Derisso afirmó que sus autores eran Grave, Maquiavelo, Fenelon, Malatesta, Nordau, Engels, Lasalle, Lorenzo.

La nota informaba que Derisso ya había dejado de residir en Tucumán. "Acaba de regresar al pago con boleto facilitado por la Policía, empeñada constantemente en 'darle con el gusto', como un homenaje a su espíritu andariego y romancesco".

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