El día más violento y con posturas inflexibles

Hubo muertos y centenares de heridos por las violentas peleas callejeras; el Gobierno pide que cese la protesta y la oposición la ratifica. Suleimán condicionó el diálogo al fin de las manifestaciones. El Ejército reclamó que no haya más concentraciones.

EL EJERCITO NO INTERVINO. Las fuerza militares aportaron su presencia entre los manifestantes de uno y otro bando, pero se limitaron a observar.  REUTERS EL EJERCITO NO INTERVINO. Las fuerza militares aportaron su presencia entre los manifestantes de uno y otro bando, pero se limitaron a observar. REUTERS
03 Febrero 2011
EL CAIRO.- Egipto vivió ayer una de sus jornadas más violentas con enfrentamientos entre defensores y opositores del presidente Hosni Mubarak, que dejaron al menos tres muertos y 1.500 heridos, mientras se reportaron ataques a la prensa internacional.

El anuncio de Mubarak de que no buscará un nuevo mandato en las elecciones programadas para septiembre no calmó la situación. Por el contrario, la oposición anunció que continuará las protestas hasta lograr la dimisión del mandatario y ratificaron que hasta mañana debe producirse la salida del poder del octogenario presidente.

Volver a la vida cotidiana
En tanto, el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, condicionó el diálogo con otras fuerzas políticas al fin de las protestas e instó a los manifestantes a regresar a sus hogares, según informó la televisión estatal egipcia Nile TV. "No habrá diálogo con las fuerzas políticas hasta que no cesen las manifestaciones y volvamos a la vida cotidiana", dijo Suleimán.

Ayer, los disturbios en las dalles de El Cairo se tornaron más violentos al anochecer, con el lanzamiento de cócteles Molotov y gases lacrimógenos, además de otros objetos contundentes. Unos 4.000 seguidores del oficialista Partido Nacional Democrático marcharon hacia la plaza Tahrir, el epicentro de las manifestaciones de la oposición, atacaron a los congregados para intentar dispersarlos. Éstos, a su vez, se defendían con piedras, según relataron testigos a DPA.

Entre los seguidores de Mubarak había jinetes a lomo de camello blandiendo y utilizando varas de hierro -algunos tenían cuchillos- contra los opositores al régimen.

"Un dictador"
El Premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei pidió la intervención del Ejército para preservar la vida de los ciudadanos egipcios. "Hay pruebas concretas de que la policía envió a hombres de civil para arremeter contra los manifestantes. Mubarak es un dictador que está cometiendo un delito en la plaza solamente para no dejar el cargo", acusó en una entrevista al canal Al Yazira.

Mohamed Mahdi Aikf, un antiguo líder del opositor y proscrito grupo de los Hermanos Musulmanes, insistió en que Mubarak debe tomar medidas concretas y dimitir.

Las Fuerzas Armadas, consideradas clave en la resolución del conflicto, pidieron a la población que ponga fin a las protestas, al estimar que sus exigencias ya se han comprendido, dijeron en un comunicado en la televisión estatal. "Es importante que la gente vuelva a sentirse segura en las calles y pueda continuar su trabajo", afirma el comunicado del Ejército.

Mientras en Europa y en Estados Unidos crece la preocupación por una islamización en Egipto, Irán celebra los disturbios como el inicio de la era islámica en Cercano Oriente. "Las protestas en Egipto y otros países son una ola del despertar islámico", dijo Ramin Mehmanparast del Ministerio de Asuntos Exteriores. (DPA)

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