El ocaso de la temporada golfística de Andrés Romero es casi perfecto. Terminó de la mejor manera su participación en el circuito de la PGA de Estados Unidos, donde volverá en 2011, y aquí demostró que es un jugador top. Un todo terreno que no le teme a nada ni a nadie. Así lo ratificó en Olivos Golf. La considerable ventaja de tres golpes que había conseguido el sábado le fue suficiente para asegurarse la segunda chaqueta azul. "Pigu" se llevó el premio mayor por demolición y confirmó su chapa de máximo candidato a la corona del Abierto de la República, el major por naturaleza de Sudamérica, que se iniciará el jueves. El año pasado su amigo César Costilla se lo arrebató. Hoy parece que nadie podrá hacerlo, porque "Pigu" está en llamas.
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