Hallan en España el fósil de un extraño dinosaurio jorobado

Creen que la giba era como la del camello.

02 Octubre 2010
CUENCA, España.- Bastaron dos fosos cavados cerca de Cuenca para descubrir una impresionante colección de dinosaurios, entre ellos un fósil único con "joroba". Este descubrimiento colocó a esta pequeña ciudad al este de Madrid en el mapa de la paleontología mundial.

Todo comenzó con una primera excavación para plantar pinos en una zona árida, al este de la ciudad medieval. Luego, se realizaron nuevas perforaciones para construir una línea de tren de alta velocidad. Estos dos hechos sacaron a la luz dos de los más ricos y singulares yacimientos europeos de fósiles del Cretáceo. Si se añade a esto un tercer yacimiento de huevos fosilizados de dinosaurios, Cuenca puede presumir de estar en el centro de un "triángulo de oro" de la paleontología. Justamente, estas fueron las palabras que utilizó el entusiasta secretario para la Investigación de España, Felipe Pétriz, para describir la zona.

Uno de los hechos más llamativos de este de por sí llamativo hallazgo es un fósil con joroba. Está prácticamente completo y se lo considera único. Fue bautizado como "Concavenator corcovatus". Este potente corredor y cazador de seis metros de largo (muy bien conservado incluso con el esqueleto de una presa en su cavidad abdominal), ha hecho aumentar el número de visitantes al museo de Cuenca en 70%, explicó su director, Jesús Madero.

"Pepito"

El descubrimiento, hecho público en un artículo de la revista Nature, suscitó muchas expectativas y las consultas en la página web del museo se han disparado, añadió Madero.

"El dinosaurio, bautizado Pepito por el equipo de la Universidad Autónoma de Madrid, que lo ha extraído del suelo, es un bicho extraño, tiene proporciones raras; es un corredor robusto con patas pequeñas", detalla el paleontólogo Francisco Ortega, coautor del artículo de Nature.

El fósil tiene una joroba situada sobre las patas traseras que podría haber sido una reserva de energía como las que tienen el cebú o el camello, algo que hasta ahora se desconocía, añadió este profesor de la Universidad de Educación a Distancia (UNED).

No es la primera vez que estos yacimientos aportan una pieza importante a la paleontología mundial. Un eslabón perdido entre dinosaurios y pájaros (el Iberomesornis, un pequeño pájaro de 10 centímetros con pico y muy probablemente dientes) fue localizado en este mismo lugar en los años 80. Ocurrió justo cuando estábamos en plena discusión sobre si las aves son o no dinosaurios", recuerda Ortega.

Además, en 2007 salió a la luz una impresionante colección de cocodrilos, tortugas y dinosaurios del Cretáceo superior, con una veintena de esqueletos parciales de dinosaurios saurópodos de los cuales no se tenía registro en esa parte de Europa, según Ortega.

Esta colección inmensa de 8.000 piezas se encuentra hoy almacenada en cajas de cartón en un almacén anónimo de la periferia de Cuenca, ya que no hay espacio en el museo. (AFP-NA)

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