El bipartidismo indigna y entusiasma en Tucumán

El bipartidismo indigna y entusiasma en Tucumán

Dos son los escenarios posibles: que la opción para el manejo del poder público se dé sólo entre dos fuerzas o que, por el contrario, haya una multiplicidad de partidos que, consecuentemente, establezcan una distribución más heterógenea de los votos. En la provincia que rompió temprano con la dicotomía PJ - UCR, hay un fébril debate sobre una y otra alternativa

26 Septiembre 2010
Desde el retorno de la democracia en 1983, la República Argentina sólo ha estado gobernada por presidentes peronistas o radicales. En Tucumán, en cambio, uno de los ingredientes de esa relación ha sido distinto: aquí sólo hubo, en los últimos 27 años, gobernadores del Partido Justicialista o de Fuerza Republicana.

Precisamente, esta situación convirtió a la provincia, en los 90, en una suerte de verdadero fenómeno político en el concierto nacional: el distrito geográficamente más pequeño había liquidado una de las tradiciones políticas más largas: el bipartidismo. En términos argentinos, la alternancia en el poder del PJ y la UCR.

Esta novedosa situación se advirtió en todos los ámbitos del poder vernáculo. La relación de fuerzas en la Legislatura se daba entre peronistas y republicanos, y el radicalismo fue relegado muchas veces al lugar del que desempata. En el Poder Judicial, inclusive, FR llegó a sentar ex funcionarios en la Corte Suprema, como fue el caso de Héctor Eduardo Area Maidana, hoy jubilado.

Pero en los finales de esta primera década del Siglo XXI, la situación muestra una variación. Los guarismos de los últimos dos comicios que se realizaron en Tucumán (28 de octubre de 2007 y 28 de junio de 2009) arrojaron resultados claros: la mayoría de los electores se inclinó por la coalición liderada por el PJ (Frente para la Victoria) y la primera minoría adhirió a las alianzas que encabezó la Unión Cívica Radical (UCR): Concertación para Una Nación Avanzada (UNA), en 2007, y Acuerdo Cívico y Social (ACS), el año pasado.

Esta situación no se daba en el distrito desde 1987, año en que, justamente, irrumpió FR.

Eso sí, aquella situación refiere a comicios nacionales: en 2007, el alperovichismo se impuso con el 80% de los votos emitidos, resultado que tornó estéril todo debate acerca de si había, o no, una segunda fuerza en la provincia.

El año que viene trae consigo nada menos que la elección general provincial en agosto y las presidenciales en octubre. Frente a ese hecho, ¿vuelve el bipartidismo?

Los referentes de los partidos políticos tucumanos no se ponen de acuerdo. Para el peronismo, la respuesta es no. La UCR y FR, en cambio, contestan que sí pero se excluyen mutuamente a la hora de decir cuál enfrentará al PJ.

La izquierda advierte que el retorno del bipartidismo sería un retroceso hacia un esquema nefasto. Y las fuerzas de centro advierten que es gracias a ellas que el radicalismo mejoró su performance electoral. En otras palabras, más que bipartidismo el escenario se da entre coaliciones de fuerzas.

Por fuera de la coyuntura local, lo que plantea el interrogante acerca del regreso del bipartidismo es una discusión entre dos modelos. Uno es bosquejado por el senador José Cano, quien en diálogo con este diario sostiene que la crisis del sistema republicano se debe al debilitamiento de los partidos políticos, a causa de sus fracturas. "En la Cámara Baja hay más de 30 bloques: eso no es bueno. Y muchas fuerzas son, más que partidos, Pymes familiares", describió.

El otro diagrama es defendido por el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri: los grandes partidos están en crisis y esta es la hora de las alternativas. "El PJ está partido y dentro de la UCR hay alternativas", describe el líder del PRO, una de las nuevas fuerzas.

La última palabra es del elector.

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