28 Agosto 2010
EL LUGAR DEL ATAQUE. En la esquina de Laprida y Rivadavia el menor intentó robar en un telecentro. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
A Clotilde Yolanda García le dieron dos opciones: entregar el dinero o la vida. La comerciante improvisó una tercera: manoteó el brazo armado del precoz delincuente, agachó la cabeza y sintió que una bala hacía estallar unos vidrios detrás suyo.
Los clientes del telecentro, situado en una esquina de Tafí Viejo, quedaron anonadados. El ladrón y su cómplice aprovecharon para huir, pero no alcanzaron a robar nada.
Poco después, la Policía atrapó a un sospechoso. Se trata de un menor de 14 años que iba a pie por un camino que conduce a Los Nogales. Por orden de la jueza de Menores, Nora Wexler, el chico llevado al Instituto Roca. "La situación es espantosa. Uno paga todos sus impuestos y hace todo bien pero no sirve de nada, porque en cualquier momento puede aparecer un muchachito como este y hacer lo que hizo. Para colmo, la Justicia termina entregándolos a sus padres", protestó Gonzalo, hijo de la víctima del asalto.
Todo ocurrió el jueves a las 20, en un comercio que está en la esquina de calles Laprida y Rivadavia. En ese momento, García estaba atendiendo a un grupo de clientes cuando llegaron dos adolescentes. Uno de ellos entró y se puso una capucha; el otro se quedó afuera.
El primero, de pronto, sacó un arma de fuego y amenazó a Clotilde. "Ya nos habían robado la recaudación en abril. Esto es muy injusto; no se puede vivir así", protestó Gonzalo. Quizás ese episodio pasó por la mente de la comerciante y decidió no entregar su dinero.
El adolescente no adivinó que la mujer realizaría un brusco movimiento: de pronto, comenzó a forcejear con él. Por fortuna, el disparo que realizó el muchacho sólo provocó daños en el local.
Antes de que se produjera el atraco, los vecinos de García ya estaban conmocionados. Esa tarde, una estudiante que caminaba por calle Laprida al 100 (a pocos metros del telecentro) había sido asaltada por dos jóvenes. "Yo los vi pasar, pero no les presté atención. Después escuché los gritos y fui a ver qué pasaba; la chica estaba muy asustada y decía que le habían robado el celular", comentó Gustavo Cisneros, que tiene una gomería en esa cuadra.
Pese a este episodio, protestó Gonzalo, no había policías en su barrio cuando asaltaron a su madre. "No entiendo por qué no hay policías. Parece que a nadie le importa nuestra seguridad", dijo el hijo de la víctima, en referencia al rapto que sufrieron dos jovencitas hace 13 días.
Cerca de la 21.30, personal a cargo del subcomisario Rubén Eduardo López y del comisario Luis Ibáñez arrestó a un sospechoso. El menor, apodado "El Goma", no tenía armas. Pero, según el informe oficial, era parecido al chico que había descripto la víctima y ya había arrestado varias veces por robos. "Los padres nos confesaron que no saben cómo manejarlo", dijo un policía. Pese al arresto, Gonzalo no está conforme. "No se puede vivir así", afirmó, preocupado.
Los clientes del telecentro, situado en una esquina de Tafí Viejo, quedaron anonadados. El ladrón y su cómplice aprovecharon para huir, pero no alcanzaron a robar nada.
Poco después, la Policía atrapó a un sospechoso. Se trata de un menor de 14 años que iba a pie por un camino que conduce a Los Nogales. Por orden de la jueza de Menores, Nora Wexler, el chico llevado al Instituto Roca. "La situación es espantosa. Uno paga todos sus impuestos y hace todo bien pero no sirve de nada, porque en cualquier momento puede aparecer un muchachito como este y hacer lo que hizo. Para colmo, la Justicia termina entregándolos a sus padres", protestó Gonzalo, hijo de la víctima del asalto.
Todo ocurrió el jueves a las 20, en un comercio que está en la esquina de calles Laprida y Rivadavia. En ese momento, García estaba atendiendo a un grupo de clientes cuando llegaron dos adolescentes. Uno de ellos entró y se puso una capucha; el otro se quedó afuera.
El primero, de pronto, sacó un arma de fuego y amenazó a Clotilde. "Ya nos habían robado la recaudación en abril. Esto es muy injusto; no se puede vivir así", protestó Gonzalo. Quizás ese episodio pasó por la mente de la comerciante y decidió no entregar su dinero.
El adolescente no adivinó que la mujer realizaría un brusco movimiento: de pronto, comenzó a forcejear con él. Por fortuna, el disparo que realizó el muchacho sólo provocó daños en el local.
Antes de que se produjera el atraco, los vecinos de García ya estaban conmocionados. Esa tarde, una estudiante que caminaba por calle Laprida al 100 (a pocos metros del telecentro) había sido asaltada por dos jóvenes. "Yo los vi pasar, pero no les presté atención. Después escuché los gritos y fui a ver qué pasaba; la chica estaba muy asustada y decía que le habían robado el celular", comentó Gustavo Cisneros, que tiene una gomería en esa cuadra.
Pese a este episodio, protestó Gonzalo, no había policías en su barrio cuando asaltaron a su madre. "No entiendo por qué no hay policías. Parece que a nadie le importa nuestra seguridad", dijo el hijo de la víctima, en referencia al rapto que sufrieron dos jovencitas hace 13 días.
Cerca de la 21.30, personal a cargo del subcomisario Rubén Eduardo López y del comisario Luis Ibáñez arrestó a un sospechoso. El menor, apodado "El Goma", no tenía armas. Pero, según el informe oficial, era parecido al chico que había descripto la víctima y ya había arrestado varias veces por robos. "Los padres nos confesaron que no saben cómo manejarlo", dijo un policía. Pese al arresto, Gonzalo no está conforme. "No se puede vivir así", afirmó, preocupado.
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