19 Abril 2010
LUCES Y SOMBRAS. Benedicto XVI, durante una bendición Urbi et Orbi. GENTILEZA OBSSERVATORE ROMANO
CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI cumple hoy cinco años de papado, acechado por el escándalo que provocan las acusaciones de pedofilia que enfrentan varios miembros de la Iglesia. Para celebrar el aniversario, cardenales de todas partes del mundo se reunirán con el Pontífice y también se espera que miles de fieles se congreguen en la plaza de San Pedro para saludarlo.
El sucesor de Juan Pablo II recorrió los últimos cinco años atravesado por críticas, que comenzaron casi al mismo tiempo que su papado. La primera de ellas llegó desde el mundo musulmán cuando, en 2006, Joseph Ratzinger condenó durante un discurso la "irracionalidad de la difusión de la fe mediante la violencia", como ocurre con la guerra santa del Islam. El hecho lo obligó, poco tiempo después, a viajar a Turquía para calmar los reclamos.
Otra polémica fue la que se generó cuando el obispo Richard Williamson negó el Holocausto, en febrero de 2009. La reacción de Benedicto XVI no fue la esperada: aunque le exigió que pidiera disculpas a la comunidad judía, no fue hasta varios meses después cuando reconoció fallos en el tratamiento de esa crisis.
También el año pasado el Pontífice levantó polvoreda al afirmar que el sida no se combate sólo con dinero ni con la distribución de preservativos, que -según él- sólo contribuyen a aumentar el problema. Lo dijo durante un viaje a Africa, precisamente el continente con la tasa más alta de mortalidad por HIV.
Sin embargo, el escándalo más grande que sufrió Ratzinger en este último lustro fue el destape de los casos de pedofilia entre sus sacerdotes. Aunque siempre hubo denuncias en ese sentido, fue durante su liderazgo cuando la polémica cobró mayor dramatismo. Ayer, en medio de un viaje a Malta, se reunió con algunas de las víctimas, rezó y lloró con ellos. (Especial)
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