03 Abril 2010 Seguir en 
NEGOCIO. Citromax exporta 22.000 toneladas de limón fresco al año. LA GACETA / ARCHIVO
La citrícola Citromax, una de las cuatro más importantes de nuestra provincia -junto con San Miguel, Citrusvil y Argenti Lemon- mudará sus instalaciones ubicadas en Tafí Viejo a un predio que la compañía posee en Acheral. Así lo confirmó a LA GACETA el gerente general de Citromax, Lucas Fornaciari. Está previsto que el traslado se realice el año próximo, según remarcó el ejecutivo.
La planta de Citromax funciona en la ruta provincial 315 (Camino del Perú) y avenida Roca, en una de las entradas a la ciudad de Tafí Viejo.
La citrícola es de propiedad de capitales norteamericanos y preside su directorio el empresario Jacobo Glueck. En un año normal, procesa alrededor de 150.000 toneladas de limones, con lo que elabora cáscara deshidratada, jugo concentrado y aceites esenciales. El procesamiento de jugo cumple con los requisitos de calidad exigidos por los estándares internacionales certificados por la norma ISO 9002: 1994 y acreditado por Bureau Veritas Quality International.
Además, Citromax vende al exterior unas 22.000 toneladas de limón en fresco, volumen que representa el 8% del total de los cítricos que se exportan desde Tucumán. La producción de fruta de la citrícola se encuentra certificada bajo la norma Eurepgap. La firma cuenta con cerca de 4.000 hectáreas de plantaciones de limones ubicadas en el piedemonte tucumano.
Exigencias
El secretario de Medio Ambiente de la provincia, Alfredo Montalván, informó que hubo consultas de las autoridades de Citromax sobre los requisitos medioambientales que se deben cumplir para concretar el traslado de la planta. "Efectivamente, el requerimiento se planteó como el traslado de la planta que actualmente funciona en Tafí Viejo hacia un predio ubicado en la zona de Acheral", destacó.
"Hasta ahora no hubo ninguna presentación formal, pero les dimos todas las especificaciones sobre permisos y estudios que se deben ejecutar antes de concretar la instalación de una planta como es una citrícola", resaltó. "No sólo deben presentar un estudio sobre el impacto de la construcción de la fábrica, sino también sobre el tratamiento que darán a los efluentes que surgen del procesamiento de fruta cítrica", añadió el funcionario.
Hizo hincapié en que la elaboración de un estudio de impacto ambiental requiere no menos de cuatro meses de trabajo. "Una vez que lo presenten, el informe será puesto a consideración del Consejo Provincial de Economía y Ambiente, cuya tarea demandará otros 45 días por lo menos, antes de que emita una aprobación", subrayó Montalván. Dejó en claro que la presentación que realice la empresa para lograr el apto ambiental debe ser minuciosa y precisa.
La planta de Citromax funciona en la ruta provincial 315 (Camino del Perú) y avenida Roca, en una de las entradas a la ciudad de Tafí Viejo.
La citrícola es de propiedad de capitales norteamericanos y preside su directorio el empresario Jacobo Glueck. En un año normal, procesa alrededor de 150.000 toneladas de limones, con lo que elabora cáscara deshidratada, jugo concentrado y aceites esenciales. El procesamiento de jugo cumple con los requisitos de calidad exigidos por los estándares internacionales certificados por la norma ISO 9002: 1994 y acreditado por Bureau Veritas Quality International.
Además, Citromax vende al exterior unas 22.000 toneladas de limón en fresco, volumen que representa el 8% del total de los cítricos que se exportan desde Tucumán. La producción de fruta de la citrícola se encuentra certificada bajo la norma Eurepgap. La firma cuenta con cerca de 4.000 hectáreas de plantaciones de limones ubicadas en el piedemonte tucumano.
Exigencias
El secretario de Medio Ambiente de la provincia, Alfredo Montalván, informó que hubo consultas de las autoridades de Citromax sobre los requisitos medioambientales que se deben cumplir para concretar el traslado de la planta. "Efectivamente, el requerimiento se planteó como el traslado de la planta que actualmente funciona en Tafí Viejo hacia un predio ubicado en la zona de Acheral", destacó.
"Hasta ahora no hubo ninguna presentación formal, pero les dimos todas las especificaciones sobre permisos y estudios que se deben ejecutar antes de concretar la instalación de una planta como es una citrícola", resaltó. "No sólo deben presentar un estudio sobre el impacto de la construcción de la fábrica, sino también sobre el tratamiento que darán a los efluentes que surgen del procesamiento de fruta cítrica", añadió el funcionario.
Hizo hincapié en que la elaboración de un estudio de impacto ambiental requiere no menos de cuatro meses de trabajo. "Una vez que lo presenten, el informe será puesto a consideración del Consejo Provincial de Economía y Ambiente, cuya tarea demandará otros 45 días por lo menos, antes de que emita una aprobación", subrayó Montalván. Dejó en claro que la presentación que realice la empresa para lograr el apto ambiental debe ser minuciosa y precisa.
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