Llevar un libro a la pantalla grande no es sencillo. Buenos directores tambalearon ante semejante responsabilidad. Y si no, pregúntenle a Ron Howard cómo le fue con "El Código Da Vinci". Por eso, la expectativa que despierta la trilogía Millenium, la sensacional obra del ya fallecido sueco Stieg Larsson, es enorme. La primera parte, "Los hombres que no amaban a las mujeres", se vio hace un año en Suecia y en Dinamarca. Fue elogiada, lo que propició que ya se estrenara la segunda parte, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina". El director danés Niels Arden Oplev (hizo sólo la primera película) respetó casi a rajatabla la historia que protagonizan el periodista Mikael Blomkvist y la fascinante Lisbeth Salander (representados por los suecos Michael Nyqvist y Noomi Rapace). Sería un pecado no hacerlo, ya que el libro es impresionante. La crudeza de la obra obligó a ponerle el cartelito de prohibida para menores de 18 años al filme, que dura dos horas y media. Oplev reconoció que lo más difícil fue "dar" con Salander. Pero que Rapace, la segunda que concurrió al casting, lo convenció casi en el acto. Esta hacker con su esmirriado cuerpo todo tatuado, llena de piercings, bisexual y letal "es" Millenium. Sony Pictures ya obtuvo los derechos para hacer la obra al estilo Hollywood en 2012, con George Clooney y Kristen Stewart, la actriz de Crepúsculo. Mientras tanto, la película se filmó tal vez como a Larsson le habría gustado, con una visión escandinava sin la contaminación de los tanques estadounidenses, a no ser que se convierta en leyenda, como "Seven" o "El silencio de los inocentes". Millones de fanáticos alrededor del mundo merecen que el espectacular Millenium se vea reflejado con calidad en la gran pantalla.
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