Adelantarse a la catástrofe

Adelantarse a la catástrofe

Por Alejandro Giuliano - Director del Inist. Nac. de Prev. Sísmica.

07 Marzo 2010
Más allá de la frecuencia de los últimos terremotos, la actividad sísmica no se ha incrementado en el planeta. Lo que sí ha sucedido es que los efectos de los movimientos de gran escala son más devastadores por la mayor densidad poblacional y por el crecimiento en altura de las ciudades.

La población debe comprender que el terremoto en sí no ocasiona la muerte. El arma letal es la interacción del fenómeno con las obras vulnerables del hombre.

En este sentido, el emblemático terremoto de 1944 destruyó totalmente San Juan, generó 10.000 víctimas fatales e innumerables heridos, mientras que el de 1977 casi no provocó daños en la capital sanjuanina por la política de construcciones sismorresistentes implementada durante tres décadas. Pero Caucete, una ciudad de casas de adobe, se vino abajo.

Sísmicamente activos
Es necesario edificar construcciones que, aunque se dañen con los sismos, no colapsen ni parcial ni totalmente. No hay que esperar a que ocurra una catástrofe como la de 1944 para tomar medidas que contrarresten los efectos de estos fenómenos.

Urge aprender del pasado, tanto de lo que sucedió en Argentina como de lo que pasó y pasa en el mundo.

Por otro lado, la sociedad debe tomar conciencia de la emergencia. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica desarrolla programas educativos en San Juan desde hace ya 20 años. La población de las zonas sísmicas más activas tiene otra familiaridad con estos fenómenos y aprende a distinguir un movimiento normal de un sismo catastrófico. Pero es el conjunto de la comunidad el que debe hacer un cambio cultural y, como todo cambio, requiere su tiempo.

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