"Pandorga" y "pandorgueada"

Las antiguas costumbres populares.

FERIA DE SAN ROQUE EN 1956. Hasta pocos años antes, la “pandorga” estaba entre los juegos que luego prohibió la Policía. FERIA DE SAN ROQUE EN 1956. Hasta pocos años antes, la “pandorga” estaba entre los juegos que luego prohibió la Policía.
05 Abril 2003
La "pandorga" figura en la historia folklórica provinciana como una de sus antiguas costumbres. El "Boletín de la Asociación Tucumana de Folklore" (setiembre-octubre de 1954) consigna una interesante ficha a su respecto.
Ella nos informa que la voz "pandorga" define tres manifestaciones distintas. Puede ser un tipo de barrilete de los chicos; un juego de naipe español semejante a la "escoba de quince", donde la carta de mayor valor es el as de oro, al que se llama "pandorga"; y por último una fiesta familiar, la "pandorgueada", que fue muy popular hasta mediados del siglo XX.
Tenía lugar cuando se faenaba un cerdo. El "Boletín" apunta como aspecto digno de análisis, el hecho de que toda la tarea del faenamiento se desarrollaba en forma colectiva. Familiares y amigos reunidos se repartían el trabajo de preparar chorizos, jamones y demás, todo dentro de un ambiente de fiesta que podía adquirir gran intensidad por la abundancia de bebida.
Tamales, chorizos y sobre todo la cabeza del cerdo, se disputaban como "los premios más apetecidos de cuantos asistían", tanto a través de rifas o a veces jugando a la "pandorga" con naipes: probablemente de allí venga el nombre de la fiesta. La "pandorgueada", realizada generalmente de noche, solía tener lugar en festividades patronales como las de la Virgen del Carmen o La Candelaria.
Para el dueño del cerdo era un buen negocio, tanto por la venta de bebida como la de las rifas, o la provisión de los naipes. A veces no se trataba de negocio, ya que el "síndico" de la celebración reunía de ese modo dinero para dar lucimiento a los cultos del patrono.
Agrega el "Boletín" que este sentido de la "pandorga" pronto fue desvirtuado "por los aprovechados tahúres que viven de la religiosidad popular". En las concurridas ferias de San Roque, en la avenida Avellaneda, o de San Donato, en la avenida Mitre, "aparecían siempre, junto con el ?caballito?, la ruleta en miniatura y los dados, los ?pandorgueros?, quienes rifaban objetos de poca monta o distribuían a buen precio los naipes para ver a quién le tocaba la ?pandorga?, y se alzaban así fuertes sumas de dinero". La Policía empezó a prohibir estas prácticas, invocando la ley de juegos de azar, y eso las esfumó del medio urbano.

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