EL PAIS DEL REVES
Como si fuera una broma, por cierto, de muy mal gusto, el lector Atilio Doña fotografió a un vehículo de la Policía Vial circulando sin ninguna de las luces traseras (foto). Está claro que a estas personas no les interesa la seguridad vial, ni la de ellos ni la de los ciudadanos que les pagan el sueldo.
PULGUITA DEL PUEBLO
- ¿Ya te imaginaste cómo será tu encuentro con Maradona?
- No? no sé, la verdad que no me puse a pensar. Se me hace que lo primero que le voy a pedir es si puedo sacarme una foto con él?
Así. Con esa ilusión infantil y esa humildad enternecedora respondía Luis Miguel Rodríguez a los periodistas que invadieron su casa el jueves, minutos después de que se informara que había sido convocado por Diego Maradona para integrar la Selección argentina que enfrentará a Ghana. ¿Cómo no regocijarse en la alegría de ese "chango" de Simoca y compartir su sonrisa aún sorprendida por la noticia? No hay (no hubo) manera. La candidez de sus gestos y las lágrimas de emoción de sus familiares compraron a la mayoría de los lectores, sin perdonar colores de camiseta ni pasiones. No hubo "decanos", ni "santos", ni rivalidades: el "Pulguita" fue, ante todo, un comprovinciano, un talento que hará mezclar la tonada tucumana entre los popes del fútbol local. Las congratulaciones del pueblo de Atlético eran obvias, pero las destacables fueron las firmadas por "cirujas hasta la médula". "Más allá de las diferencias, es un verdadero orgullo que un jugador tucumano sea convocado a la Selección. Mis felicitaciones al Pulga, porque se merece este momento, por su humildad ante todo, por ser del interior de la provincia y por ser un gran jugador", se sacó el sombrero "cirujadicto", en un gesto que encontró cientos de ecos. Sólo la nota que anunciaba el llamado de Diego al tucumano y su respectivo análisis sumaron más de 14.100 lecturas y 260 comentarios.
AMIN, CENTRO DE ATENCION
Silencio, bostezos y docilidad de un lado de la sala. Tensión acumulada, gritos desde las entrañas y llantos sobrecogedores del otro. La indiferencia y la angustia. La apatía y la bronca. El misterio y la compasión. Todos esos sentimientos e imágenes se combinaron el último martes en un cóctel que fue transmitido en vivo y en directo, cuando se leyó la sentencia en la que se condenó a reclusión perpetua a Pablo Antonio Amín. El final del juicio al confeso homicida de María Marta Arias tuvo, como todo su desarrollo, la atención preferencial de los lectores. El video que mostraba la lectura del fallo y los incidentes posteriores protagonizados por los hermanos de la víctima reunió 31.700 visitas, mientras que el que difundía los alegatos y las últimas palabras de Amín acumuló 12.000 clics. Pero ese no fue el único récord del caso: entre todas las notas al respecto publicadas ese día sumaron 40.690 lecturas y 158 mensajes.
HITAZO AUTENTICO
¿Cuántas horas se habrá pasado Nito Montecchia al teléfono tratando de hilar lo más lógicamente sus oraciones para responder a las preguntas del periodista de LA GACETA? Los foristas no saben y, aparentemente, tampoco les importó. La mayoría de los que comentaron la nota en la que hablaba el guitarrista y cantante de "Los Auténticos Decadentes" pareció detenerse solamente en el título, que decía: "Somos una máquina de hacer clásicos y hitazos". Los lectores saltearon los párrafos en los que el artista se desarmaba en explicaciones y adelantos, y le apuntaron directamente al botón que les permitía dejar un post. "Gaby31", la primera de ellos, opinó que debería escribirse "clásicos e hitazos" para que no se produzca una cacofonía. El debate se construyó con otros lectores que le encontraban razón o que le explicaban porqué el titular estaba bien redactado, y se alimentó luego cuando "el jedi" introdujo un nuevo tema de discusión. "¿Me pueden decir qué significa hitazo? Esa palabra no está ni en inglés ni en castellano. Es otra tontera inventada por esta generación muy rica en degenerar nuestro idioma", escribió. ¿Se habrá zanjado el debate frente al escenario donde tocó el grupo pachanguero?
CRITICOS Y PROTESTONES
La pregunta fue directo al ego, a la identidad, al orgullo. "¿Cómo nos ven a los argentinos?", tiró LA GACETA y la devolución volvió sin delay. La convocatoria a describir las impresiones que se tiene en el extranjero de nuestro país fue, al mismo tiempo, un desahogo, una protesta y una conmiseración general. Ladrones, dijo uno de los más duros. Agrandados, aportó otro. Mujeriegos, groseros, corruptos, indicaron muchos más. Ninguno fue benévolo; todos se inclinaron por las críticas. La mayoría hizo una distinción entre el porteño y el habitante del interior, y alegó que en los otros países esas diferencias se notan y se valoran. Hubo muchas referencias al "ser tucumano" y entre todas se logró una radiografía nebulosa. Por autorreferencial, la convocatoria fue exitosa: la leyeron más de 3.000 lectores y la comentaron más de 100.