"No hay una única realidad, sino una por cada persona que existe"

"No hay una única realidad, sino una por cada persona que existe"

El autor Pablo Gigena dice que hay hechos cotidianos que son disparadores de la construcción literaria. La subjetividad para dar un punto de vista propio.

REPRESENTACION. En Papel papel, dos cartoneros se erigen en posibles representantes de la humanidad. GENTILEZA MARGA FUENTES REPRESENTACION. En "Papel papel", dos cartoneros se erigen en posibles representantes de la humanidad. GENTILEZA MARGA FUENTES
13 Septiembre 2009

"Todas las obras teatrales, como cualquier otra creación, tienen un vínculo con la realidad; no hay nada que crezca descolgado de lo que nos rodea, así como un zapato no puede brotar en un naranjo", asegura el actor, director y dramaturgo Pablo Gigena, quien, sin embargo, dice haber visto muchos zapatos colgados de los naranjos.
"Los veo todos los días, pero no combinados de esta manera, y eso hace un creador:  combinar de manera particular los hechos que lo circundan", explica.
Gigena dice que un dramaturgo busca resignificar o reelaborar la herencia cultural según lo visto, oído o leído. "Podríamos sostener que la realidad misma es relativa y cada uno ve lo que quiere o lo que puede, cosa que potencia su carácter subjetivo y da pie a que nadie pueda describir su entorno de manera exactamente igual", señala.
"La realidad misma no es algo concreto sino pura literatura si uno la mira de cierta manera, el mero hecho de pensarla en palabras ya hace que pierda sus visos de ’realidad’", insiste.
De todos modos, aclara que no está en su ánimo escribir sobre la realidad. "Hago literatura dramática relacionada con mi entorno porque no me queda otra. Estamos sostenidos por nuestra enciclopedia cultural personal. Si debo contar sobre cosas de mi vida real que fueron a parar en la escena o en un texto, confirmo que sí las hay, pero antes debo aclarar que la supuesta ’realidad’ supera todo lo imaginable, desde lo humorístico hasta las peores tragedias", cuenta.
Un ejemplo es el de "Papel papel", sobre la vida de dos cartoneros que están bajo las órdenes de un manipulador puntero político. "Se basa en la terrible sensación que causa ver a personas en tremendos grados de pobreza, pero puedo asegurar que me inspiré más en lo que viví en los ámbitos universitarios y provinciales, donde los trabajadores del arte viven a expensas de lo que los funcionarios o jefes quieren tirarles, sobre cómo son manipulados", dice. Y aclara que para él esos marginales podrían representar a toda la humanidad.
Explica, además, que sus trabajos, sean realistas o no, intentan reflejar la realidad. "Soy un escritor que trabaja en otro sentido, utilizando algunos elementos de mi subjetiva realidad para proponer lecturas desde otro punto de vista. Trato de situarme en otro punto de vista diferente para entender que nadie tiene la posta. No hay una única verdad. Hay una realidad por cada persona que existe. Todos los autores abordan de manera diferente la dramaturgia; yo mismo tengo diferentes líneas conceptuales para hacerlo. Depende de las necesidades políticas, económicas o poéticas que uno tenga en un momento", añade el autor de la premiada "Cañas de azero" entre otras obras que rozan "su" realidad.

 

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