El problema de tener las vacas atadas

El Gobierno sufre el efecto de la iliquidez financiera transitoria. Ahora dice que aplicará el bisturí a fondo. Por Marcelo Aguaysol - Redacción LA GACETA.

Marcelo Aguaysol
Por Marcelo Aguaysol 10 Septiembre 2009
De la noche a la mañana, ¿pudo haber cambiado radicalmente la situación de las finanzas públicas de Tucumán? De buenas a primeras, la respuesta es negativa. Se necesita un proceso de erosión constante para que la provincia cierre el ejercicio fiscal de este año con un déficit financiero (incluye el pago de la deuda) estimado en $ 157 millones. Entonces, ¿qué pasó para prever un rojo de esa magnitud? Se trata de un problema de liquidez: la gestión del gobernador José Alperovich se quedó sin billetes en la caja pública o, en el peor de los casos, la falta de transferencia de fondos coparticipables le ha cambiado el escenario fiscal. A tal punto que hoy debe pedir ayuda para cerrar las cuentas con equilibrio hasta diciembre próximo. Luego, el clima puede cambiar.
Las vacas gordas están guardadas. Una parte del excedente fiscal de los años buenos se explica en las inversiones financieras. Hay préstamos otorgados por el Estado provincial que exceden los $ 1.100 millones. Ese dinero no es más ni menos que los créditos otorgados a los municipios que suscribieron los pactos para sueldos y para obras públicas. El primero sigue con vida (de eso depende la estabilidad social y política en las intendencias). El segundo está suspendido o se destina muy poco dinero a las obras municipales financiadas por la Provincia. El acompañamiento político de los intendentes tiene su precio. Las fidelidades, hasta ahora, se mostraron sólidas: durante la gestión Alperovich a ningún jefe municipal le faltó contención, salvo política, y en contados casos, por celos mutuos de cartel en la vidriera kirchnerista. Un problema capital para el gobernador.
Algunas hipótesis
La revelación oficial acerca del estado de las finanzas públicas llega en un momento de tensión para la gestión. Alperovich debe seguir haciendo cirugía en materia de contención de gastos. El ministro de Economía, Jorge Jiménez, debe cumplir el rol de un instrumentador quirúrgico, pasándole al gobernador las herramientas que necesitará para avanzar con la operación "equilibrio fiscal". El clamor del Gobierno por el "no tengo plata" tiende a descomprimir los reclamos de los médicos. Sin embargo, ese objetivo parece lejano. Los profesionales de la salud están convencidos de que su protesta es justa y de que el Gobierno tiene los recursos para atenderla.
El gobernador jura que el problema radica en la disminución de partidas coparticipables, a razón de $ 20 millones mensuales. Si es así, hubo un exceso de confianza por parte de la gestión provincial, frente a una crisis global que se desató poco antes de elaborarse el Presupuesto 2009. Como correlato de esta cuestión, el Ejecutivo no pudo recuperar parte del crédito otorgado a los municipios, al haber menos goteo de la coparticipación que se retiene como garantía del financiamiento.
Por el lado del comportamiento fiscal, el Gobierno proyecta gastar este año unos $ 5.310 millones, casi $ 700 millones menos de lo previsto en el presupuesto vigente. La contrapartida es que los ingresos no excederán los $ 5.100 millones, de acuerdo con las estimaciones del Gobierno.
Aún más, el Poder Ejecutivo tiró prácticamente toda la carne al asador durante el primer semestre del año, un período signado por la campaña proselitista que culminó el 28 de junio pasado. Durante la primera mitad del año se evidenciaron algunos signos de alerta en las cuentas públicas. Por caso, los gastos corrientes (los de consumo y las transferencias a las municipalidades) crecieron un 18,3% (representa un gasto extra de $ 395,4 millones) respecto del primer semestre de 2008. Si se lo coteja con los ingresos corrientes, que crecieron a razón del 12,5% (unos $ 296,7 millones), hay una diferencia que desencadena cualquier déficit.
Observando más a fondo la planilla de ejecución presupuestaria que la Provincia publica en la web, también puede percibirse que los recursos de capital (particularmente la plata que transfiere la Nación para obras públicas) crecieron un 74,1% en la comparación interanual. En materia de gastos de capital, el Gobierno también se mostró muy activo entre enero y junio pasado. Ese rubro del presupuesto creció un 39,4% respecto de igual período del año anterior.
Hasta entonces, ya había una diferencia notable al comparar los gastos y los ingresos de este año con los de 2008. El año anterior, el superávit primario acumulado (no cuenta el pago de la deuda del período) fue de $ 86,3 millones. En la primera mitad de 2009, en tanto, apenas rozó los $ 13  millones.
El gobernador sostiene que si no se toman medidas correctivas hasta fin de año, Tucumán va camino al déficit fiscal. Mientras tanto, en la provincia hay políticos "del palo" oficialista que reclaman una mejora en las remuneraciones, en el mismo momento en que los profesionales de la salud luchan por una recomposición salarial. Las vacas gordas (el excedente o la inversión financiera de los años buenos) seguirán atadas hasta fines de año. El problema es que el crédito popular cobra altas tasas de interés al gobernante.


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