Lo genial fue, curiosamente, la simpleza. Héctor Germán Oesterheld logró con "El Eternauta", su obra cumbre, que la aventura ocurriera a la vuelta de la esquina (de cualquiera), y que los protagonistas sean unos argentinos iguales a los del barrio.
Mañana se cumplirán 90 años del nacimiento de Oesterheld, y el colectivo de ilustradores e historietistas tucumanos de Dibutopía presentará dos muestras: una con trabajos del guionista, y otra realizada por artistas locales en base a sus textos (ver aparte).
Oesterheld nació el 23 de julio de 1919 en Buenos Aires, en el seno de una acomodada familia de descendencia alemana. Mientras estudiaba Geología trabajó como corrector de editoriales y también de diarios, hasta que el 3 de enero de 1943 publicó su primera obra, "Truila y Miltar", en el suplemento literario del periódico "La Prensa". Tras terminar su licenciatura, se casó con Elsa Sánchez, y fue entonces que dejó de buscar petróleo para YPF como geólogo, y se dedicó de lleno a escribir.
Comenzó a trabajar para las editoriales Codex y Abril, donde produjo sus primeros guiones de historieta para la revista "Cinemisterio", en 1951: Alan y Crazy, Lord Commando y Ray Kitt; este último marcó el inicio de su colaboración con Hugo Pratt.
Luego llegó el Sargento Kirk en 1953, con Pratt. Con este personaje Oesterheld logró entrelazar armónicamente al género del western, sin sus pesados clichés, pero amalgamado con características argentinas.
En 1957 fundó junto con su hermano Jorge la Editorial Frontera, que publicaba versiones noveladas de las historietas de Bull Rocket y el Sargento Kirk. El éxito impulsó a Oesterheld a publicar las revistas "Hora Cero" y "Frontera".
El 4 de septiembre de 1957 apareció el personaje más exitoso de la editorial: El Eternauta, con dibujos de Francisco Solano López, en "Hora Cero".
La editorial cerró cinco años después por problemas económicos, al tiempo que su obra fue adquiriendo mayores tintes de compromiso político. En 1968 la editorial Jorge Alvarez decidió realizar una serie de biografías de figuras históricas de América Latina adaptadas a la historieta. Se realizó una sobre el Che Guevara y se planeaba una segunda sobre Eva Perón, pero al salir a la venta el gobierno militar la retiró y secuestró los originales.
En 1969 escribió en colaboración con Alberto Breccia una nueva versión del Eternauta para la revista "Gente", con un guión políticamente más comprometido. La editorial no lo toleró y la hizo terminar antes de tiempo
A principios de los 70 el autor se unió, junto con sus hijas y los esposos y novios de estas, a la izquierda peronista (algunos de ellos militaron en Montoneros).
Con un estilo similar al de la frustrada versión del Eternauta escribió sobre otra invasión extraterrestre, "La Guerra de los Antartes", publicada en el diario Noticias (vinculado al peronismo de izquierda). Esta historieta no sólo representaba una invasión extraterrestre, sino que también mostraba a la Argentina anterior como una utopía que representaba los idearios políticos del movimiento al cual Oesterheld adhería.
En 1976 se hizo una reedición de El Eternauta y su éxito motivó la creación de una segunda parte: El Eternauta II. Volvió a contar con dibujos de Solano López, pero reflejaba en el guión su compromiso político, mostrando al héroe como un caudillo que guiaba la lucha de un pueblo oprimido contra un gobierno opresor. Esto generó presiones constantes de parte de la dictadura militar.
Oesterheld pasó a la clandestinidad, desde donde finalizó el guión, y el 27 de abril de 1977 fue secuestrado por las Fuerzas Armadas en La Plata. Testimonios de otros detenidos desaparecidos dan cuenta de su muerte hacia mediados de 1978, en el centro clandestino de detención "El Vesubio".
Punto de vista
El hombre que soñó mucho
Por César Carrizo - Coordinador de Dibutopia y de UNHIL
Un poeta muy querido, Amado Nervo, decía: "yo he vivido porque he soñado mucho". Y en esta sencilla frase se resume la vida de Héctor Germán Oesterheld, que hizo de sus sueños, los nuestros, viajeros en el tiempo de aquí a la eternidad, como Juan Salvo.
Su vasta obra inspira a seguir creando, como guionistas o dibujantes, personajes y mundos imaginarios.
La historieta es un arte. Y es también para algunos un escape momentáneo, donde cualquiera puede desprenderse de la realidad sin mayores esfuerzos. Cualquiera. Pero también es un sueño dibujado, y lo verdaderamente heroico está ahí, en ser capaces de desprendernos de un sueño. Aventura, humor, historia, amor, amistad, pasión heredada en viñetas que comenzó de otra manera con Oesterheld, una persona muy querida que aún vive, simplemente porque ha soñado mucho.