25 Junio 2009
LIDERES DE UNION-PRO. Macri y De Narváez realizaron una caminata por San Nicolás y dialogaron con los jóvenes que se acercaron a saludarlos. REUTERS
BUENOS AIRES (especial por Mariano Spezzapria).- La elección bonaerense está tan polarizada entre Néstor Kirchner y Francisco de Narváez que todas las miradas se posan sobre los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires, de cuya actitud terminará dependiendo en buena medida la performance electoral del oficialismo y su futuro político.
Será tan determinante la actuación de los "barones del conurbano", como se los conoce históricamente en el mundillo político bonaerense, que De Narváez nunca dirigió hacia ellos una crítica en toda la campaña; en cambio, siempre disparó directamente hacia Kirchner y Daniel Scioli.
A su vez, el ex presidente y el gobernador comprometieron a muchos de ellos con candidaturas "testimoniales", como aspirantes a concejales, para evitar que le saquen el cuerpo al oficialismo a la hora de la votación. "Igualmente estarán todos en observación", deslizó uno de los estrategas del oficialismo, que hizo notar que "una cosa es lo que los intendentes digan de palabra y otra lo que realmente van a hacer el domingo".
Los operadores kirchneristas saben de lo que hablan: en 2005, cuando Cristina Kirchner enfrentó a Hilda de Duhalde para el Senado nacional, varios intendentes de peso que estaban en las filas del duhaldismo prefirieron salvar el pellejo antes que remar contra el aluvión de votos que traccionaba la actual Presidenta.
Ahora esos intendentes forman parte del armado kirchnerista, pero como se trata de verdaderos sobrevivientes de la política, dentro de un tiempo podrían pasar a las filas del peronismo disidente en caso de ser necesario. "Saben que si nos va bien, el Colorado será gobernador en 2011", comentan cerca de De Narváez. Y agregan: "los presidentes pasan, los intendentes quedan".
"Ninguno va a ir contra la corriente. Van a estar en un lugar hasta que las cuentas dejen de cerrarles", coinciden curiosamente a la hora del análisis los estrategas del oficialismo y de Unión PRO.
Más que nunca, Kirchner dependerá el domingo de los intendentes del conurbano, de los "barones" que alguna vez combatió cuando militaban en las filas de Eduardo Duhalde y que ahora se convirtieron en el principal sostén de su poder en el peronismo.
Kirchner lo sabe y por eso dejó crecer la versión sobre su supuesta intención de postularse para gobernador en 2011. El ex presidente cree que el poder real en la Argentina reside en el PJ de Buenos Aires -el que sacó al país de la crisis de 2001- y para ello nada mejor que situarse cerca de los intendentes.
En ese esquema, Scioli sería el candidato del peronismo a la Presidencia de la Nación. Todo depende, claro está, del resultado de las elecciones del domingo. (NA)
Será tan determinante la actuación de los "barones del conurbano", como se los conoce históricamente en el mundillo político bonaerense, que De Narváez nunca dirigió hacia ellos una crítica en toda la campaña; en cambio, siempre disparó directamente hacia Kirchner y Daniel Scioli.
A su vez, el ex presidente y el gobernador comprometieron a muchos de ellos con candidaturas "testimoniales", como aspirantes a concejales, para evitar que le saquen el cuerpo al oficialismo a la hora de la votación. "Igualmente estarán todos en observación", deslizó uno de los estrategas del oficialismo, que hizo notar que "una cosa es lo que los intendentes digan de palabra y otra lo que realmente van a hacer el domingo".
Los operadores kirchneristas saben de lo que hablan: en 2005, cuando Cristina Kirchner enfrentó a Hilda de Duhalde para el Senado nacional, varios intendentes de peso que estaban en las filas del duhaldismo prefirieron salvar el pellejo antes que remar contra el aluvión de votos que traccionaba la actual Presidenta.
Ahora esos intendentes forman parte del armado kirchnerista, pero como se trata de verdaderos sobrevivientes de la política, dentro de un tiempo podrían pasar a las filas del peronismo disidente en caso de ser necesario. "Saben que si nos va bien, el Colorado será gobernador en 2011", comentan cerca de De Narváez. Y agregan: "los presidentes pasan, los intendentes quedan".
"Ninguno va a ir contra la corriente. Van a estar en un lugar hasta que las cuentas dejen de cerrarles", coinciden curiosamente a la hora del análisis los estrategas del oficialismo y de Unión PRO.
Más que nunca, Kirchner dependerá el domingo de los intendentes del conurbano, de los "barones" que alguna vez combatió cuando militaban en las filas de Eduardo Duhalde y que ahora se convirtieron en el principal sostén de su poder en el peronismo.
Kirchner lo sabe y por eso dejó crecer la versión sobre su supuesta intención de postularse para gobernador en 2011. El ex presidente cree que el poder real en la Argentina reside en el PJ de Buenos Aires -el que sacó al país de la crisis de 2001- y para ello nada mejor que situarse cerca de los intendentes.
En ese esquema, Scioli sería el candidato del peronismo a la Presidencia de la Nación. Todo depende, claro está, del resultado de las elecciones del domingo. (NA)
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