El 68,5% del padrón vive en el Gran San Miguel

Al momento de buscar votos, en ningún punto de la provincia hay tanto trabajo político como en la Capital. La concentración poblacional así lo justifica: poco más del 40% del padrón total de electores viven en el territorio más disputado. También es uno de los más reacios a la propuesta oficialista, según el análisis comparativo de los resultados de los últimos dos comicios. En 2005, el Frente para la Victoria obtuvo el 54% de los sufragios, mientras que hace dos años, el porcentaje subió apenas un punto (55%). Otra nota característica es la dispersión de votos entre las fuerzas de oposición, que llegó a un pico hace cuatro años. Hay 24.417 mujeres más que hombres en el listado electoral.

Poco menos de 38.000 votantes habitan el departamento de Lules, donde el padrón fenemino supera en apenas 101 nombres al masculino. Una de ellas es la candidata a diputada nacional titular en cuarto término por el Frente para la Victoria, Miriam Gallardo, esposa del intendente de San Isidro de Lules, César Dip. Como sucedió en toda la provincia, las propuestas justicialistas se impusieron en los comicios de 2005 y de 2007. Hace cuatro años, el 66,9% de los electores se inclinaron por la lista a diputados nacionales que encabezó Beatriz Rojkés de Alperovich, porcentaje que creció aún más dos años atrás, cuando Alfredo Carlos Dato se alzó con el 71% de los votos al postularse para la Cámara Baja.

En la última década, los hermanos mellizos Juan y José Orellana se alternaron en los cargos de intendente del municipio de Famaillá y de legislador por el Oeste, en la evolución de sus respectivas carreras políticas en el peronismo. Ambos aseguran que todo el departamento (unificando las zonas urbanas y las rurales, ya que es el único que carece de delegaciones comunales) se encolumna tras las decisiones que se toman en la Casa de Gobierno. Las cifras de los resultados de las dos últimas elecciones nacionales demuestran un leve crecimiento de la adhesión de los ciudadanos al oficialismo, que pasó del 63,3% en 2005 al 65% en 2007. El padrón registra casi 400 más hombres que mujeres habilitados para votar.

Las ideas del socialismo tuvieron al municipio de Monteros como su principal baluarte en la provincia en los tiempos del regreso de la democracia, cuando se consagró intendente por esa fuerza política (y fue reelecto sucesivamente en el cargo entre 1983 y 1992) al actual secretario de la Legislatura, el ahora alperovichista Juan Antonio Ruiz Olivares. Ya antes de su ingreso al arco justicialista, el dominio territorial había mutado de signo, con la importante presencia de la zona rural, donde hay numerosas comunas rurales. La oferta oficialista conquistó el 69% de los votos en 2005 y un punto menos (68%) hace dos años. Las mujeres les ganan a los hombres en 108 electores.

Cinco puntos menos obtuvo el Frente para la Victoria en la compulsa electoral de 2007 respecto de los logrados hace cuatro años. El 62,2% conseguido por Beatriz Rojkés de Alperovich, bajó al 57% a favor de Alfredo Dato, en sendos comicios de diputado nacional. La performance local del diputado radical José Ignacio García Hamilton (principal rival de Dato) fue una de las mejores de esa campaña en toda la provincia, con el 17% de los votos. Para alcanzar ese porcentaje fue determinante la incidencia de los electores del municipio de Concepción, conducido por Osvaldo Morelli (ex UCR). Delia Pinchetti de Sierra Morales (Unión PRO-Federal) confía en obtener un buen resultado en su lugar de residencia.

El municipio de Aguilares es la cabecera del departamento Río Chico, donde la paridad entre hombres y mujeres en el padrón electoral es evidente: en el listado femenino apenas hay 93 más que en el masculino. La absorción por parte del alperovichismo del intendente Agustín Fernández (formado en las filas de la Unión Cívica Radical) tuvo su repercusión en los comicios de 2007, cuando el oficialismo logró el 70% de los sufragios, cinco puntos más que en 2005. De allí es el candidato a senador en segundo lugar por el Frente para la Victoria, Sergio Mansilla. El Acuerdo Cívico y Social confía en conseguir buenas cifras en la zona, donde también tiene fuerte incidencia el legislador Roberto Palina (Pueblo Unido)

La mayoría de votantes a favor del oficialismo en el departamento de Juan Bautista Alberdi descendió del 60,5% hace cuatro años al 57% en 2007. Ese territorio fue el único en la provincia en el que Roberto Palina pudo desbancar del segundo lugar de los cómputos a José Ignacio García Hamilton, en la pelea por una banca en la Cámara Baja hace dos años. La pelea entre los sectores opositores se repetirá ahora, potenciando en escena la polémica sobre la política económica referida al agro, tema central en los discursos de los candidatos a diputados nacionales Juan Casañas (Acuerdo Cívico y Social) y Delia Pinchetti de Sierra Morales (Unión PRO-Federal). Busca terciar Guillermo Kuchar (Con Co-Vos).

En el extremo sur de la provincia, La Cocha se mantiene como un reducto inabordable por parte de la oposición. Si bien el respaldo al justicialismo bajó del 70,7% al 68% en la comparación de las últimas dos elecciones a legisladores nacionales, su preeminencia sigue sin discusión. El radicalismo se ilusiona con consolidar el respaldo que logró en 2007 y, a partir de allí, con poder crecer del 13% logrado entonces. La prédica de sus postulantes para el Senado, José Cano, y para Diputados, Juan Casañas, se centran en la situación del campo, con la cual disputan electorado en la zona con Unión PRO-Federal. El peso del sector rural se registra también en el padrón, donde hay 488 hombres más que mujeres.

El Frente para la Victoria acumuló el 74,3% de los votos en 2005 en Graneros, departamento récord en apoyo en ese año a la propuesta que lideró Beatriz Rojkés de Alperovich. En 2007, el respaldo al oficialismo creció al 77%, pero hubo dos lugares en Tucumán (Trancas y Burruyacu) donde el resultado fue aún más abultado. Con estas cifras como antecedente, la oposición reconoce tener que recorrer una empinada cuesta arriba en una zona preeminentemente rural, con una gran dispersión de pequeñas comunas en su territorio (cada una con pocos votantes), lo que dificulta su cobertura en la campaña. El padrón es el de menos votantes de la provincia, y tiene 568 electores masculinos más que femeninos.

Luis González es el único intendente que no está incorporado al alperovichismo; por el contrario, mantiene su afiliación y militancia en la Unión Cívica Radical. Esta es la principal arma con que cuentan los referenbtes del Acuerdo Cívico y Social para confiar en un buen resultado en el ámbito urbano, que le permita compensar las cifras de las comunas rurales (serían favorables al oficialismo y, en segundo lugar, a Unión PRO-Federal). La ilusión se consolida cuando los radicales recuerdan que hace dos años lograron allí el 21% de los votos para su lista, el mismo porcentaje que en la capital, con una mixtura de discurso opositor y atención de temas del campo. Hay 853 hombres más que mujeres habilitados para votar.

El departamento de Leales es el segundo en mayor diferencia entre los padrones distinguidos por sexo: los varones en condiciones de sufragar superan a las mujeres en 1.155 inscriptos. La tendencia confirma la incidencia de las zonas preeminentemente rurales en la confección de los listados. El justicialismo se afirma en la zona con el 75% de los votos alcanzados en 2007, casi cuatro puntos más que el 71,2% de dos años antes. En todo el Este confía en realizar una buena elección el candidato del Partido Laborista a diputado nacional Julio César Díaz Lozano, en base a su amistad con Olijela del Valle Rivas y sus seguidores. La UCR, en tanto, quiere reflotar a viejos afiliados del municipio de Bella Vista.

Segundo departamento en cantidad neta de electores, con núcleos urbanos de gran importancia, el peso de Cruz Alta puede ser determinante en los comicios. En 2005, el Frente para la Victoria alcanzó el 74% de los sufragios, y dos años más tarde, el 75%, piso que le permite al oficialismo mirar con confianza el 28 de junio. Republicanos, laboristas, radicales y peronistas disidentes pugnan por los votos del espectro opositor. Los dos primeros sectores hacen pie en Alderetes (el presidente del Partido Laborista, Francisco Cirnigliaro, vive allí), mientras que los restantes trabajan especialmente en Banda del Río Salí y en sectores rurales. Las mujeres aventajan a los hombres en 1.096 votantes.

El martes pasado, Alfredo de Angeli terminó su gira por Tucumán con un acto en La Ramada. Fue una demostración del sector rural identificado con el candidato del Acuerdo Cívico y Social, Juan Casañas, de que se puede trabajar electoralmente en el departamento Burruyacu, dominado por el justicialismo al punto que en 2005 consiguió el 73,4% de los votos, y en 2007, el 83% (segundo registro en la provincia). La base de estos guarismos está centrada en la participación en el municipio de Burruyacu y en la comuna de Gobernador Garmendia, que controla el legislador José Gutiérrez. En este territorio se registra la mayor diferencia de electores masculinos respecto a los femeninos, con 2.026 votantes más.

Osvaldo Jaldo encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales por el Frente para la Victoria. El actual ministro del Interior y ex legislador empezó su trayectoria política en el departamento Trancas, donde mantiene un núcleo de seguidores férreo al punto que todos aseveran que sigue conduciendo la municipalidad homónima a la distancia. Si bien electoralmente el padrón no es relevante (es el antepenúltimo en cantidad), fue donde el peronismo más creció de 2005 a 2007, cuando pasó del 68% al 87% de los votos (19%), porcentaje jamás alcanzado en otro sitio. La oposición apuesta al descontento del sector rural para obtener apoyo. Los varones votantes son 581 más que las mujeres.

Yerba Buena es el distrito más díscolo para el Frente para la Victoria. Si bien sus candidatos ganaron en 2005 y en 2007, en ninguna de las dos oportunidades pudieron superar el 49,5% de los sufragios (la UCR logró el 22% hace dos años, su mejor resultado provincial). Por este motivo, la oposición multiplica actos y reuniones. Ricardo Bussi, Jorge Lobo Aragón y José Cano pugnan por conquistar votos mayormente en el espectro medio y medio alto, mientras que las propuestas de Osvaldo “Renzo” Cirnigliaro y Fernando Juri intentan atravesar todos los sectores sociales. Cada uno se respalda en referentes municipales para afianzar su trabajo electoral. Las votantes mujeres son 1.324 más que los varones.

Los municipios de Tafí Viejo y de Las Talitas son los núcleos electorales más apetecibles de este departamento para los partidos políticos. La cercanía con la capital facilita el desarrollo proselitista, con estrategias diferenciadas. Fuerza Republicana trabaja principalmente en Las Talitas, donde tuvo un respaldo importante, mientras que la UCR y la izquierda se focalizan más en Tafí Viejo. Unión PRO-Federal y el laborismo dividen esfuerzos en ambos lugares. El alperovichismo, en tanto, juega con las armas de controlar políticamente ambas administraciones y con los resultados de años anteriores: 65% en 2005 y 68% en 2007. En el padrón femenino figuran 2.448 votantes más que en el masculino.

La fraccionada geografía de Tafí del Valle, con poblaciones pequeñas distantes entre sí, y la escasa cantidad de votos (es el segundo departamento con menos electores de la provincia) hacen que la oposición limite su presencia en el lugar. Apenas se prevé cierta actividad en el municipio homónimo de cabecera distrital y en El Mollar o alguna visita esporádica a Amaicha por parte de la UCR (núcleo del Acuerdo Cívico y Social). El Partido Laborista y Unión PRO-Federal buscarán también reflotar viejos contactos en la zona, aletargados por la fuerza arrolladora del Frente para la Victoria, que logró el 66,4% de los sufragios hace cuatro años y el 73% hace dos. Hay 507 votantes de diferencia entre varones y mujeres.