
LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO

Más de 40 pinturas se exhibirán a partir de esta noche, a las 20.30, en el Museo de Bellas Artes Timoteo Navarro. La muestra integra el Salón Nacional de Pintura 2008 que organizó la Fundación Banco Nación, al que enviaron sus obras más de 700 artistas, pero únicamente 41 quedaron seleccionados. Son estos, precisamente, los que están colgados en las paredes del Museo. Entre ellos, están los ganadores de los premios.
El público podrá ver desde hoy un acotado, pero representativo, panorama de la pintura nacional; con veteranos y jóvenes artistas, recurriendo a las más diversas técnicas, y expresando distintos estilos y tendencias. “En esta edición el norte ha sido la participación federal y la búsqueda de diversidad”, explicó la curadora y directiva de la Fundación, Mónica Guariglio.
En este panorama, son pocos los artistas que se limitan a la definición clásica de la pintura, esto es, la que la señala por la presencia del color. Desde un punto de vista general, podría decirse que algunos trabajos se ubican en el borde entre la pintura y la fotografía. Tal es el caso de Diana Dowek (tercer premio) con la obra “Trabajo oculto”, realizado con acrílico y transferencia fotográfica; o el de Mariano Molina, ante cuyo acrílico, “Repercusión reverberante”, una mirada rápida lo registra como una foto; “De todos modos”, de Fabián Giménez puede parecer a simple vista una fotografía fuera de foco. Otras obras parecen escapar del cuadro y ocupar el espacio exterior, como la de Marcela Gásperi o el collage de Magdalena Murúa.
El óleo de Juan Videla, “Cocina” (segundo premio), exhibe, a su vez, un interior que respira un clima misterioso y enigmático.
El color sí, está presente -independientemente de cualquier representación- en las pinturas de Tulio De Sagastizábal, Laura Rojas y Juan Astica, donde no hay relato que contar.
Otro de los platos fuertes de la exposición es la representación de la figura humana: el primer premio, de Felipe Pino, es todo un ejemplo de ello; en esa mujer sentada, sola, esperando con una flor entre sus manos. También se posiciona en ese orden ,“El postergado”, de Diego Perrota, con una imagen expresionista, dura; “Ronda de lluvia”, de Mónica Brandi y “Huérfano tecnológico”, de Edgar Murillo. No faltan las composiciones geométricas, donde las líneas prevalecen sobre el color: en esa dirección se ubican las pinturas de de Mario Vidal Lozano, César López Osornio, Alejandro Montaldo y Gustavo Rojo, entre otras. Una perla de la muestra es el delicado trabajo de María Ester Joao: “Centro de atención”, está realizado con acrílico blanco e hilos sobre tela. También se destaca la obra del tucumano Gerardo Medina, “El singular misterio de cada instante”, donde los colores y la historia atraen al espectador. Finalmente, no faltan los paisajes interesantes como el de Susana Saravia, o la acuarela de Paula Senderowicz.
La exposición es itinerante; ya se presentó en Buenos Aires, ahora recorre Tucumán, y posteriormente lo hará en La Rioja y Salta, entre otras ciudades.







