

ZURICH.- Los ataques racistas invaden el fútbol europeo. La llegada de jugadores africanos, sumado a los brotes xenófobos registrados en el Viejo Continente hizo de los estadios verdaderos campos de batalla contra el odio racial. Es por eso que son muchas las federaciones nacionales que decidieron actuar y ya hay decenas de antecedentes de sanciones deportivas y económicas en contra de los infractores.
A fines de 2008, en Bulgaria, se impuso una multa de 19.173 euros al club Botev Plovdiv y le descontaron 3 puntos luego de que sus hinchas mostró pancartas racistas frente al Levski Sofía. Unos días más tarde, la FIFA castigó a Croacia, con la misma suma en euros, por los cánticos en contra del inglés Emile Heskey, en un partido de eliminatorias. Otro de los casos más lamentables sucedió en Zaragoza, cuando hinchas del club local hostigaron al camerunés Samuel Eto’o, de Barcelona, que quiso retirarse de la cancha.
Pero, si de reacciones xenófobas se habla, no hay que olvidar a los ultras de Real Madrid, reconocidos neonazis, y a los tifosi de Lazio, ultraderechistas que idolatran al futolista Paolo Di Canio, admirador de Benito Mussolini. (Especial)







