Ahora tendrá que aparecer el equipo

Ahora tendrá que aparecer el equipo

Por Carlos Werner - Redacción LA GACETA.

22 Noviembre 2008

Ni era el mejor antes ni es el peor ahora. Juan Martín del Potro, en sólo un día, más aún, en tres horas, parece haber descendido a los infiernos de la consideración nacional debido a su derrota a manos de Feliciano López. Pero apelar a ese concepto sería caer en el torpe exitismo argentino, que endiosa o demoniza un deportista, sin tomar en cuenta el contexto ni las causas, incluso los méritos del rival. En suma, la derrota del tandilense ayer puede sorprender, tratándose de un choque entre un top ten con el Nº 31 del ranking; puede llamar la atención porque se medían un jugador en crecimiento con otro “del montón”. Pero para quienes entienden el asunto de manera general, el proceso de la derrota responde a síntomas previos, a saber:
1) Los temores por el estado físico de Del Potro eran fundados. Más allá de sus uñas de los pies rotas, él mismo había señalado con anterioridad que se sentía cansado. Pero que iba a suplir eso con motivación y concentración.
2) López fue elegido por el capitán español porque, entre otras cosas, tiene un saque tremendamente efectivo y porque por su tipo de juego podría generar un desgaste mayor en el rival. El éxito de la idea quedó a la vista.
3) Del Potro lo dio todo, pero falló en los tie-breaks, justamente la instancia en la que los españoles depositaron su confianza. Quizás su falta de experiencia también le jugó en contra.
4) Lesionado y fuera de circulación hasta el fin de la serie, su posta deberá ser tomada por Mancini y cía. Ahora, más que nunca, tendrá que aparecer el equipo, para ganar el match y para resguardar el buen nombre de “Delpo”.

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