El “Mago” Coria vivió su propio partido desde una cabina de televisión

El “Mago” Coria vivió su propio partido desde una cabina de televisión

22 Noviembre 2008

MAR DEL PLATA (Por Alejandro Klappenbach).- ¡Cuántas cosas en común pueden tener un partido de tenis y una transmisión de televisión! Nervios previos, sensación de momentos importantes, palabras de aliento, manos transpiradas. A Guillermo Coria le llegó su bautismo televisivo en uno de los momentos más transcendentes del tenis argentino. El, que ha sido protagonista de varias páginas de gloria, vivió con muchísima intensidad el primer día de la final, y le tocó hacerlo desde un lugar inesperado. Tiempo atrás nadie hubiera dicho que Guillermo estaría en una cabina en lo más alto del estadio. Su lugar es la cancha. El lo dice, remarca que no es un ex jugador, que está a punto de empezar la pretemporada 2009 junto a Jorge Trevisán, que recuperará muy rápido los seis kilos perdidos, que aún no tiene definido el nombre de su futuro entrenador, y ocupa la posición de comentarista sólo por esta vez. Así como lo hizo tantas veces con pantalones cortos, ahora, vestido de camisa celeste, pantalón y zapatos negros, es capaz de anticipar casi todas las decisiones de sus colegas. Acierta antes de un saque abierto, también frente a un passing paralelo, anticipa el intento de globo y es infalible en la red: cuando dice toquecito cruzado es toquecito cruzado. Como el más experimentado, describe nervios, ansiedades y estados de ánimo conocidos por él en tantos partidos importantes.
Su voz no tiene nostalgia; sus manos y sus pies se mueven al compás del tanteador y, de tanto en tanto, se le escapa un gol, ante un gran punto de Nalbandian o de Del Potro. Así está Coria hoy. Desde otro lugar, él también juega la final de la Davis. (Especial)

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