Desde el court
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22 Noviembre 2008

- Nadal no lo pudo ver. El Nº1 del ranking mundial, el español Rafael Nadal, montó un show para ver los primeros dos puntos de la final de la Copa Davis en el hotel donde pasa sus vacaciones en las Islas Mauricio. En ese país ubicado al suroeste del Océano Indico, consiguió que le instalaran un televisor con cable para ver los dos singles. Pero cuando logró sintonizar el canal se le cortó la transmisión. Entonces empezó a llamar por teléfono cada cinco minutos para saber cómo iban los partidos. “Menos mal que no tenía el teléfono yo, si no me llamaba para decirme lo que tenía que hacer”, aseguró el capitán Emilio Sánchez Vicario en la rueda de prensa.

- El aliento levanto temperatura. No defraudó. El público argentino (foto) se convirtió en el alma de la final. La hinchada elevó la temperatura a niveles insospechados con su aliento incondicional. “Soy de Argentina, es un sentimiento, no puedo parar”, tronaron las miles de voces que se multiplicaron en el estadio, mientras festejaban y sufrían cada punto en juego. Los “barrabravas”, amigos de David Nalbandian y de Juan Martín del Potro, animaron al público con bombos y cánticos al mejor estilo futbolero y desesperaron a los jueces, que llegaron a señalarlos con el dedo al pedir una y otra vez silencio.

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- El “Ojo de Halcón” tambien debuto. El sistema “Ojo de Halcón”, que utiliza la tecnología para determinar piques dudosos, debutó con éxito en la Argentina, en el match Nalbandian-Ferrer. En el tercer game del primer set el español realizó un saque abierto y la mayor parte del público vio la pelota fuera. Nalbandian asintió con la cabeza la decisión del juez de línea que cantó “out”, pero Ferrer solicitó la tecnología para verificar la decisión. Las miradas de todos los presentes se posaron sobre las cuatro pantallas gigantes del estadio y el “Ojo de Halcón” entró en acción. El “Ooohhh” de la gente acompañó el trayecto de la pelota y el grito de los españoles estalló cuando el pique se posó, apenas por dos milímetros, sobre la línea lateral. El español tenía razón.

- Hinchas, famosos y políticos. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, presenció los dos primeros puntos de la final de Copa Davis. Scioli se ubicó en el palco oficial junto con Guillermo Vilas, el gran símbolo del tenis argentino. En otro sector estaban Gabriela Sabatini, la reina entre las mujeres, Gastón Gaudio, ex campeón de Roland Garros y el goleador de Boca, Martín Palermo (foto). Fueron los personajes más famosos entre el público.

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- El apetito mata a la billetera. Comer algo en el Polideportivo “Islas Malvinas” es una tarea complicada. A los escasos sitios que expenden comida, se agregan los elevados precios. Por ejemplo; un sandwich de vacío cuesta $ 20; un choripán, $ 10; y un cono de papas fritas, un pancho o una gaseosa se cotizan en $ 7.

- El costo para estacionar los autos asombra. En las adyacencias del Polideportivo, el costo para estacionar los autos es asombroso: los denominados “trapitos” cobran 20 pesos. “¿Venís a la Davis?”, le preguntaron a un periodista, que descendió de su vehículo. El periodista contestó que sí y le informaron el costo del “servicio”. ”Y si no”, le dijeron, “dejá el auto tranquilo”, en clara señal de amenaza.