BUENOS AIRES.- Hasta diciembre último, la empresa brasileña Penalty proveía las pelotas para los torneos de la AFA. Pero los tiempos (y el cambio) han variado, y a partir de ahora será Signia -la empresa creada en 1999 por TyC y Gatic- la que pondrá los balones en el campo de juego.
A la nueva pelota -escribió "Página/12"- la están fabricando en una planta de Coronel Suárez, del grupo Gatic. Pero además, como consecuencia de la salida de Penalty, la AFA se vio impulsada a buscar soluciones en nuestro territorio y delegó la parte subsidiaria del negocio en el polo industrial cordobés de Bell Ville. Allí se fabricarían 100.000 pelotas de menor valor para vender en hipermercados y shoppings. Fue en ese lugar donde se patentó, en 1931, el primer balón sin tiento, con costura invisible y un sistema de válvula para inflarlo que tuvo su bautismo en el Mundial de 1934, en Italia. Curiosamente fueron primero España, Francia, Colombia y Brasil los que adoptaron la pelota argentina; aquí comenzó a utilizarse en 1937. La AFA repite la historia en un saludable gesto tardío que hoy es posible debido a la devaluación y a la insistencia de industriales y artesanos cordobeses por ganar un mercado que las multinacionales no ocupan porque les resulta poco redituable.
A mediado de 2002, una reunión entre Julio Grondona y una delegación de la Cámara Argentina de Fabricantes de Balones Deportivos (Cafaba) entreabrió una puerta. Ello ocurrió dos años después de que -debido a una baja de los aranceles de importación- una avalancha de pelotas de China, Pakistán y Singapur inundó el mercado.
Ahora es el turno de Signia, la marca que controla Gatic, cuya situación financiera es muy delicada. La firma se habría comprometido a tener una pelota en condiciones adecuadas para el retorno del fútbol oficial, en febrero. Se asegura que resta cerrar el negocio y firmar el contrato. En tanto, en Cafaba están preparados para reemplazar a Gatic por si ocurre algún imprevisto. Claro que ni Gatic (fue socia de Adidas) ni Cafaba, juntas o por separado, podrían acercarse a las ventajas de aquella operación de una Nación que importaba indiscriminadamente balones producidos por menores de edad en países asiáticos que garantizan manos de obra esclava.
En definitiva, en una decisión de la que se supone no surgirán problemas de "pinchaduras", la pelota con que se jugarán los campeonatos de la AFA será made in Argentina. Por otra parte, se espera que sea mínimo el número de quisquillosos que rezonguen porque están habituados a patear otros cueros. (Especial)