

Una base de datos genéticos podría haber ayudado a resolver casos de abuso sexual como el del violador que atacó este año en barrios del sur de la capital, y que todavía no fue identificado. En Tucumán, pese a que la ley que permite que se lleve un registro de abusadores sexuales fue aprobada, promulgada y publicada hace más de dos años, aún no rige.“La ley 7.810 tiene una gran utilidad práctica, ya que el registro creado por esta norma tiende a la prevención del delito, algo que toda la sociedad reclama”, aseveró el legislador de Unión Norte Grande, Carlos Canevaro, autor del proyecto.
Desde principios hasta mediados de este año, un violador serial perpetró al menos seis ataques al sur de la capital. Sus víctimas fueron niñas de entre siete y 11 años, a quienes el abusador engañaba prometiéndoles que les daría golosinas, para llevarlas en una bicicleta o en una moto a un lugar descampado donde las atacaba. Jamás fue atrapado, y especialistas dijeron que podía matar.
“Un registro (de abusadores) hubiera facilitado la investigación. Con las pruebas biológicas recogidas, esto habría sido clave, porque facilita la comparación con el ADN de las personas que están registradas”, indicó la fiscala Adriana Giannoni.







